En el capítulo 14 de Juan vemos que Jesús se preocupa de afirmar a los 11 en su amor. Piensa en esto, El Señor había suplido todas las necesidades físicas, emocionales y espirituales de los discípulos, y  ellos no podían imaginar la vida sin él.  Naturalmente, reaccionaron a su pronta muerte con miedo y terror, estaban perturbados, probablemente ellos sólo estaban viendo la muerte de su Señor en términos de qué perderían ellos, no de qué ganaría Jesús. Sabemos por el testimonio de las Escrituras que por medio de su muerte, su ministerio recibiría vindicación, su mensaje recibiría verificación y  su misión sería victoriosa. A causa de la obediencia de Jesús al Padre hasta su muerte en la cruz, esta obra redentora  hoy nos da verdadera libertad y salvación, y nos promete que un día estaremos con él para siempre. Este mensaje tiene el poder de calmar y dar paz a nuestros corazones, no sólo el día que él vino a nuestros corazones, sino todos los días hasta el día que él nos llame a su presencia o él vuelva por nosotros.

Pocas veces nos detenemos a pensar lo que está en el fondo de lo que hablamos y de cómo nuestras palabras afectan o edifican a los demás.  A través de este salmo, se nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras palabras son dirigidas por el discurso del corazón. Si amamos la verdad, nuestra boca hablará lo que sea necesario para edificar, pero si amamos la maldad, nuestra boca será un arma letal que destruirá a todo aquél que se interponga en nuestros anhelos.  Cuando nuestro corazón está lleno del evangelio, nuestro corazón dejará de buscar estar seguro en otras cosas y nuestra boca estará lista para adorar y edificar. 

En la noche antes de su muerte, el Señor Jesucristo habla palabras de esperanza a sus discípulos, los cuales tenían gran necesidad de recibir consuelo y aliento. Jesús fue la fuente de verdad para ellos durante todo su ministerio y él les promete que a él irse, les dejaría una fuente de consuelo y de verdad, y les anuncia que les enviaría al Espíritu Santo quien les guiaría, consolaría y enseñaría. Pero no sólo esto, Jesús también les prometió que a pesar de estar a las puertas de su muerte, esta sería solo temporal; él les promete que su muerte no terminaría la relación con ellos, su unión a ellos era indisoluble, como lo es para todos los creyentes. Como nos dice Romanos 8:38-39 ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos jamás del amor de Dios. Jesús en medio de esta conversación con sus discípulos, pronuncia las hermosas palabras que son una poderosa promesa hasta nuestros días: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da (Juan 14:27). Jesús ofreció a sus seguidores una paz inconmovible por los sucesos de este mundo y que perdura para siempre.

En los capítulos 13 y 14 de Juan vemos que los últimos días de los discípulos habían sido una montaña rusa de emociones, sus esperanzas fervientes habían llegado al máximo durante la entrada triunfal; solo para que se vinieran abajo cuando Jesús anunció su muerte inminente. Por si esto fuera poco, estaban en asombro al oír a Jesús predecir que uno de ellos lo iba a traicionar y que Pedro le negaría tres veces. Al igual que los judíos, quizás los discípulos veían en él a un rey conquistador y el concepto de un Mesías moribundo no cabía en su teología, quizás en su cabeza podrían estar pensando que ellos lo habían dejado todo por seguirle a él, y ahora al parecer él los estaba dejando a ellos. Las palabras que Jesús dirige hacia ellos en estos capítulos, no estaban enfocadas en la situación terrible que le estaban por suceder; él sabía que su mundo estaba por ser estremecido. En su lugar, él les dirige palabras para asegurarlos en su amor, y en que ellos tuvieran paz en medio de lo que estaba por venir, él hizo hincapié en su cuidado total por ellos, en que se preocuparía por consolarlos aún cuando él ya no estuviera físicamente entre ellos, él les da razones tangibles y confiables basado en su amor profundo por ellos y por todos aquellos que les seguiríamos en la fe. Este mundo está lleno de falsas esperanzas, todas las fuentes de consuelo y esperanza que este mundo ofrece no son más que “cisternas rotas que no retienen agua” quien pone su fe en estas cisternas encuentran aún más desesperanza. Si tu este día puedes decir que la salvación de Jesús está en tu vida, puedes contarte como bendecida. La salvación que el Señor te ha dado no es un premio de consolación, es la Esperanza que nos llena de gozo en medio dela tristeza y las pruebas, y es la fuerza que nos hace ponernos en pie para enfrentar esta vida cada día. 

Jesús le había dado una advertencia no sólo a Pedro sino también al resto de sus discípulos a no confiar en ellos mismos cuando les dijo que no dejaran de orar para que no cayeran en tentación (Mt. 26:41) ¿Cuál tentación? La de confiar en ellos mismos. Confiar que ellos tenían todo bajo control. Pensar que no había nada que los hiciera desfallecer. Así como Jesús cuidó de sus discípulos y los guió para que confiaran en él y no en sus fuerzas, es lo mismo que hace hoy con nosotros. El evangelio se trata de lo que Jesús hizo para salvarnos, no se trata de nuestras habilidades para ganarnos el favor de Dios. El Señor sigue trabajando en nuestros corazones para que dejemos cada día de poner nuestra esperanza en nosotros mismos y que cada día podamos obtener nuestra esperanza en lo que él hace en nosotros. La historia de Pedro es un buen recordatorio de que aunque fallemos, Jesús estará para restaurarnos, para que un día podamos estar donde él está para siempre. 

El pecado no es solamente las cosas externas que vemos tanto de los demás como en nosotros mismos, es una actitud del corazón que muestra un desafío a la autoridad de Dios, es querer estar por encima de él.  A través del Salmo 51 el salmista nos recuerda que nuestro pecado, aunque muchas veces es una acción en contra de otras personas o nosotros mismos, es primeramente contra Dios, por lo tanto, somos merecedores de su juicio. Dentro de nosotros no hay nada que podamos hacer para remediar esto, puesto que somos pecadores desde nacimiento.  Es por eso que el salmista nos dirige al único que puede limpiar nuestra suciedad. Solamente Dios puede lavar nuestro corazón y perdonarnos.

¿Qué hace que una persona sea cristiana?. ¿Qué hace que una persona sea un seguidor o seguidora de Jesús? ¿Los hace cristianos la oración que hicieron un día donde alguien les pidió que repitieran unas palabras? ¿Los convierte en cristianos que un día se bautizaron en una iglesia cristiana? A lo largo de la historia las personas se han identificado como seguidores de Jesus por medio de varias señales externas como su tipo de vestimenta, corte de cabello, collares, cruces, usando ropa o stickers con temática cristiana, sin embargo, aunque nada de esto está mal en sí mismo, esto no hace que una persona sea cristiana. En Juan capítulo 13; desde el versículo 31 y hasta el final del capítulo 16, Jesús pronunció un discurso de despedida donde dio instrucciones, promesas, advertencias y mandamientos a sus discípulos. En nuestro estudio de hoy abordaremos la sección de apertura de ese discurso, donde veremos cómo Jesús mismo responde a la pregunta ¿qué hace que una persona sea su discípulo?

Ser parte del pueblo de Dios no es algo que debamos tomar a la ligera, no solamente se trata de confesar ciertas doctrinas o participar en ciertos actos religiosos. La verdadera fe del creyente no solo es de labios hacia afuera, su estilo de vida es una evidencia que comprueba o contradice su confesión de fe. A través de este salmo se nos advierte sobre el peligro de la falsa adoración. El salmista nos dice que es Dios mismo quién llama a su pueblo a juicio para rendir cuentas sobre su vida espiritual, sobre cómo su pueblo vive a la luz del pacto.

El capítulo 13 de Juan  nos relata la última cena de Jesús con sus discípulos, uno de los principios importantes que Jesús les enseña al lavarles los pies es la trascendencia de la humildad y el servicio en amor: Si el Señor de la gloria estaba dispuesto a humillarse y asumir el papel del siervo más bajo, ¿cómo podían hacer menos ellos sus discípulos? Sin embargo, vimos que dentro de los 12 estaba Judas. Jesús sabía que Judas lo iba a traicionar, sin embargo ninguno de los otros 11 discípulos sospechaba acerca de él. A través del relato de la traición de Judas podemos entender que no hay nada que los hombres pecadores puedan hacer para frustrar la voluntad soberana de Dios. A partir de la aparente tragedia de la cruz vino el triunfo de la redención; la victoria aparente de Satanás en realidad fue su derrota final y Dios usó la traición de Judas para su propia gloria.

Cristo exhibió su amor humilde durante todo su ministerio terrenal, ese amor se ejemplifica notablemente en el capítulo 13 donde se nos relata la última Cena del Señor Jesús con sus discípulos. Este relato comienza con los discípulos sentándose a cenar con los pies sucios. En una muestra sorprendente de humildad, Jesús se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó y comenzó a lavar los pies de los discípulos.  El Creador y Gobernante delUniverso lavando humildemente los pies sucios de los discípulos; “lavar los pies a otros” era una tarea reservada solo para los siervos del más bajo rango.Ante esta acción de parte de Jesús Pedro protesta, pero Jesús le explica que es necesario que lo haga. ¿Qué puede ser más sucio que un par de pies llenos de polvo y quizás lodo de caminar kilómetros sobre el polvo? Un corazón lleno de pecado desde su nacimiento, un corazón que ha ido de continuo al mal, que se ha rebelado contra su creador. Un corazón lleno de odio, pleitos, chisme, venganza, un corazón que no se ha rendido a Jesús. Pedro vio una gran incongruencia entre El Señor de la gloria, y los  pies sucios de Pedro ¡qué contraste! Aún así, el contraste mayor lo vemos cuando El Señor de la gloria Jesús entrega su vida para limpiar nuestros sucios, negros y lleno de pecados corazones. Para limpiar un par de pies sucios se requiere un buen jabón y agua, pero no hay fórmula humana que limpie el corazón corrupto humano: Sólo la sangre de Jesús, puede lavar el corazón de un pecador arrepentido.

Este mundo te propone un evangelio: Busca aquí y ahora lo que necesitas para ser feliz. Sin embargo, Dios nos proclama un Evangelio lleno de su sabiduría y poder: Confía en Jesús, confía en la provisión de Jesucristo para que tengas vida eterna. A través de este Salmo 49 se nos invita a reflexionar sobre el problema devastador de querer todo lo que este mundo te puede dar para obtener esperanza y paz, pero cuando descansamos en la provisión de Dios podremos estar seguros, no solo para los años que nos quedan, sino para la eternidad.

En la entrada triunfal registrada en Juan 12, la frenética multitud veían al Mesías como un rey terrenal, un líder militar poderoso que derrocaría a los romanos. Cuando Jesús comenzó a hablar de morir, el pueblo lo abandonó totalmente, no fueron capaces de entender el concepto de Mesías asesinado. Sin embargo, lo que vemos una y otra vez en las palabras de Jesús a la multitud es que él vino al mundo para ser el mesías que Dios había preparado y así cumplir con la misión y agenda de Dios, no la de los hombres.    Jesús mostró una evidencia masiva e incontrovertible de que él era el mesías prometido, sin embargo, los judíos concluyeron que era un impostor, y que debían ejecutarlo. La humanidad, desde siempre; incluyendo nuestros días, han tenido; por un lado, la creación de todo lo que existe como evidencia que refleja la existencia de Dios como lo explica Romanos 1, pero millones han decidido rechazar esa verdad y seguir las corriente de la cultura, y por otro también; la evidencia en Su Palabra para que por ella seamos iluminados hacia la verdadera salvación y también muchos se han endurecido y rechazado esa Palabra porque consideran que no es suficiente y quieren algo más.   Creer en Jesús implica creer que él es la luz para todo aquel que en él crea no viva en oscuridad, implica comprender que hemos sido creados para vivir para él y no para nosotros mismos. ¿ y tú sigues confiando en encontrar salvación en algo más?  Sólo Jesús puede mostrarte el camino para que no tropieces y llegues seguro a sus brazos.

¿Cómo sería para ti la ciudad ideal? ¿Qué elementos deberían ser indispensables para que una ciudad sea perfecta? Cuando vemos a nuestro alrededor podemos notar que nuestras ciudades están lejos de esa perfección, la corrupción, las desigualdades, los abusos, la falta de oportunidades, alimento y sobre todo protección no están garantizados para todos.  Es por esta razón que nuestros corazones siempre están anhelando un mejor lugar para vivir porque aún no lo tenemos. En el salmo 48 nuestros ojos son dirigidos a la ciudad de Dios, pero no es una ciudad de acuerdo a estándares humanos, porque no es grandiosa por un excelente sistema económico o sustentabilidad, es una ciudad segura porque Dios está en ella.  El salmista nos invita a que admiremos, vayamos y seamos parte de esta ciudad desde ya, gozando de la presencia de Dios en medio de nosotros quién nos garantiza un refugio seguro.

En el capítulo de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, (Juan 12) vemos que muchas personas estaban siguiendo a Jesús; unos desde Betania, otros salieron de Jerusalén, estos iban dando testimonio de las maravillas que él había hecho. Estos hechos y milagros maravillaban y entusiasmaban a la gente de Jerusalén, pero vimos que entre ellos había una fe superficial. Como sucedió con muchas otras multitudes que siguieron a Jesús, ésta multitud estaba compuesta principalmente por buscadores de emociones.   Muchas son las personas hoy que dicen creer en Jesús, pero cuando vienen las pruebas y adversidad su fe que es superficial se viene abajo. La verdadera fe en Jesús es como él mismo lo describe en el versículo 25 (cap.12) “El que ama su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo la conserva para la vida eterna. Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará”   Jesús con estas palabras ilustra la actitud del corazón requerida de quien recibe el regalo de la salvación: El que ama su vida en este mundo por preferir a Jesús sobre los intereses del reino de Dios, al final la perderá. Pero el que hace de Cristo— no de sí mismo—su primera prioridad, para vida eterna la guardará.

Cuando alabamos a Dios, va más allá de entonar cantos en un tiempo determinado dentro del culto dominical, mas bien es reconocer que él es digno de ser exaltado en cada área de nuestras vidas en todo momento.  Nuestra vida es el reflejo de lo que creemos y conocemos de Dios, es por eso que aquí en el salmo 47 el salmista se propone invitar, no solo a Israel, sino a todo el mundo a que le canten y exalten al único Dios verdadero.  Él merece adoración porque no hay ninguno como él, es grande en poder, fiel a sus promesas y tiene cuidado de su pueblo y si esto es así, nuestro corazón puede estar firme y confiado que ese Dios tan poderoso y amoroso dirige nuestras vidas para nuestro bien. 

Jesús por medio de su entrada triunfal en Juan 12, al él montar en un pollino está presentándose como el mesías esperado y anunciado; pero a la vez, está mostrándole a las multitudes que vitoreaban su nombre qué clase de Mesías es, a saber, no el Mesías terrenal de sus sueños, ni uno militar que los liberaría del yugo de Roma. Por el relato de las escrituras (Lucas 19:41-42) sabemos que Jesús al escuchar la euforia de esta multitud y discernir sus intenciones dice que él lloró por la ciudad y exclamó¡cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz! ¿y tú, al igual que las multitudes de aquel tiempo ves en Jesús sólo un medio para alcanzar un objetivo, lo ves solo como el que te va sacar de todos tus problemas terrenales, tus angustias, tus dolores, tus deudas económicas? Si esto es así,  las palabras de Jesús siguen resonando ayer como hoy: Si supieras hoy lo que te puede verdadera paz. Estas palabras para ti hoy son una invitación a que le conozcas como tu Señor y Salvador, sólo él puede traer verdadera paz a tu corazón. 

El mundo alrededor es inestable, todo aquello que pudieras pensar que permanece, de un momento a otro se puede terminar. Es por eso que el Salmista nos recuerda que la única fortaleza a donde podemos estar verdaderamente seguros, aunque el mundo entero se venga a bajo, es nuestro Dios. El reino de Dios es el único confiable y seguro que podemos comenzar a disfrutar desde ya porque Él está atento a nuestras necesidades, a nuestras aflicciones y nos fortalece con su presencia.

Las bodas son eventos donde se admira y celebra a una feliz pareja, pero es aun más grandioso lo que los novios de la boda experimentan, ambos se observan y se admiran con profundo amor; sus miradas están rebosantes de esperanza y anhelan estar juntos por siempre. El Salmo 45 es un canto de una boda real y el Salmista dirige nuestra mirada hacia el esposo glorioso, poderoso, sabio y humilde que es Cristo. Cuando ves a Jesús ¿es hermoso para ti? ¿Es la fuente de tu gozo y esperanza? o quizás es posible que esté siendo más llamativo para ti lo pasajero y vacío que este mundo te ofrece.

Cuando una persona se encuentra en peligro y grita por ayuda, o llama a los servicios de emergencia, lo que espera es que alguien se apresure a acudir a su auxilio. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de que la ayuda no llegue a tiempo o que la ayuda no sea la adecuada o suficiente. Esto es así debido a que este mundo en el que vivimos no es perfecto, y hasta los grupos más capacitados en rescate, pueden no ser 100% efectivos. Pero, ¿qué pasa cuando clamamos por auxilio a Dios? ¿acaso, nos escucha? ¿tiene la capacidad de salvarnos? A través del salmo 44, el salmista nos dirige a considerar la evidencia del pasado, en cómo Dios ha obrado, y a reflexionar en que él puede obrar nuevamente en rescate en nuestras vidas. Pero no solo eso, también nos dirige a comprender que todo lo que sucede en nuestras vidas, está bajo el control de Dios y servirá para cumplir sus propósitos. De este modo, podemos estar seguros en sus manos aunque las cosas no marchen aparentemente bien.

Como vimos en el capítulo 11 de Juan, los líderes judíos habían decretado que todo aquel que supiera dónde estaba Jesús debía pasarles la información. Sin embargo, vemos aquí en el capítulo 12 que los amigos de Jesús en Betania, en lugar de entregarlo, hicieron una cena en su honor. En el estudio de hoy vemos; por un lado, a María que en un acto de adoración derrama sobre los pies de Jesús un perfume de alto valor, y por el otro, a Judas indignado por que según él ese perfume se pudo haber vendido para darles ese dinero a los pobres, sin embargo, él tenía otras intenciones. Veremos también a muchos judíos que fueron a Betania a ver a Jesús y también a Lázaro, de quien se decía que Jesús lo había resucitado. Estas personas no eran hostiles abiertamente a Jesús, como Judas y los líderes religiosos, pero tampoco estaban comprometidas con Él, como Marta y María. Buscaban emociones, seguían la última sensación, se interesaban superficialmente en él, pero espiritualmente eran indiferentes. Nadie es neutral en cuanto a Jesús; puedes amarlo o servirlo, como María y Marta; o ser indiferente y vacilante hacia Él, como la multitud; u odiarlo y oponértele, como Judas y los principales sacerdotes. No hay punto medio.

Cada uno de nosotros tiene diálogos internos todo el tiempo; a veces estos nos lleva a pensar que todo es un caos, que todo está mal, no hay salida, hay quejas, pensamientos de amargura y desilusión, e inclusive llegamos a pensar que Dios no nos escucha y que quizás nos ha abandonado.  Por otro lado,  la voz de la fe que Dios ha puesto en ti, te recuerda que él reina y está en control de cada situación para tu bien, que él está contigo y te dará la fuerza y la gracia que necesitas para el día a día. ¿Qué voz estás escuchando hoy? ¿Quién domina la plática interna de tu corazón? En este salmo 43 el salmista nos anima una vez mas a confiar en Dios, de modo que podamos decirnos en todo momento que esperemos en Dios.

La resurrección de Lázaro es la última señal que registra Juan en este evangelio. Por medio de la resurrección de Lázaro, Jesús y el Padre recibirían gloria y la fe de los discípulos se fortalecería aunque también esta sería la gota que rebosaría la hostilidad de los líderes judíos para llevar a cabo la ejecución de Jesús. La resurrección de Lázaro, como el resto de la vida y ministerio de Cristo, forzó a las personas a tomar una decisión con respecto a Él. Muchos respondieron con fe, otros fueron indiferentes y algunos fueron mortalmente hostiles. Es interesante cómo el mismo milagro de la resurrección de Lázaro ocasionó que unos creyeran en Jesús como el mesías, y en otros ocasionó resistencia a creer. La causa principal de la incredulidad en Jesús no era falta de información o falta de pruebas, sino un corazón en rebeldía a la autoridad de Dios y su palabra. Su respuesta hacia Jesús muestra que no importa la cantidad de evidencia, ni siquiera algo tan espectacular como la resurrección de un muerto, puede convencer a algunos pecadores de abandonar su pecado para seguir al Salvador. Y tú, ¿en cuál lado estás; eres de las que ha creído en Jesús como su Señor y Salvador, o aún te resistes a venir a él y reconocerle como el único Dios verdadero?

Fuimos creados para ser satisfechos en Dios. Prueba de ello es que cuando buscamos ser satisfechos en lo que tenemos alrededor como el dinero, el trabajo, las relaciones, la realización personal, etc., aún nos encontramos insatisfechos y con sed. El salmista nos recuerda que lo único que puede satisfacer el corazón humano es correr a la única fuente de agua que no se agota y que saciará nuestra sed. Solamente Dios nos ofrece la seguridad, la calma y satisfacción para nuestra vida que no encontraremos en ningún otro lugar.

Tal como la alimentación de los cinco mil ilustró la afirmación de Jesús sobre ser el pan de vida, la resurrección de Lázaro en el capítulo 11 de Juan ilustra la afirmación de Jesús de ser la resurrección y la vida. Jesús, no Lázaro, es el objetivo principal del pasaje.   Suele decirse que el poder del Señor es tan grande que si no hubiera llamado a Lázaro por su nombre, todos los muertos de las otras tumbas habrían salido de ellas. En algún día futuro eso es precisamente lo que va a suceder. Jesús dijo en Juan 5:28-29 “..vendrá la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”. Que Jesús resucitara a Lázaro fue una anticipación del poder divino que mostrará cuando, al final de los tiempos, resucite a todos los muertos.   Lázaro resucitó en un cuerpo mortal y corruptible que un día volvería a morir, pero Jesucristo cuando resucitó lo hizo como el conquistador de la muerte. Solo Cristo es el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Él Jn. 14:6

Ser identificados con la debilidad no es algo a lo que aspiramos, normalmente nos gusta identificarnos con los fuertes y capaces de lograr todo y llegamos a categorizar a personas vulnerables y menos afortunados como los que realmente necesitan ayuda.  El salmo 41 nos recuerda que cada uno de nosotros somos débiles, y de hecho, este mundo y sus experiencias diaras son una muestra de nuestra debilidad, sin embargo, hay esperanza para el débil.  Jesús vino para dar salvación al débil que no podía hacer nada para salvarse de las consecuencias del pecado por sí solo, es por eso que el evangelio es realmente una buena noticia, pues el Hijo de Dios se hace débil para morir en la cruz para que los que esperan en él puedan ser fortalecidos cada día de sus vidas. 

El capítulo 11 de Juan nos relata que Jesús era amigo de 3 hermanos, Marta, Maria y Lázaro quien esta gravemente enfermo.Marta y María envían un mensaje a Jesús de que Lázaro estaba grave, sin embargoJesús decide quedarse en la ciudad donde se encontraba. Cuando finalmente llega a Betania, Lázaro tenía 4 días de haber fallecido, Marta y María eran acompañadas por muchos judíos que habían llegado  a darles el pésame por la muerte de su hermano.  Desde la perspectiva humana, estos dolientes estaban allí para consolar a las hermanas en su pérdida, pero desde la perspectiva divina, estaban allí para presenciar el milagro sorprendente que haría Jesús. 

Esperar es parte de nuestra experiencia humana, todo el tiempo estamos esperando algo. El problema de nuestros corazones es que no nos gusta esperar, más bien, queremos tener el control para que nosotros seamos los que determinemos cuándo y cómo suceden las cosas; sin embargo, como no somos Dios y no tenemos ese poder y control, nos frustramos y en muchas ocasiones nos llenamos de ansiedad, temor e incluso, amargura. A través de este Salmo 40, se nos recuerda que esperar en Dios no es solamente quedarse de brazos cruzados sin hacer nada, más bien es confiar en la soberanía y providencia de Dios que cuida de nuestras vidas y cumplirá sus propósitos buenos, agradables y perfectos en nosotros en el tiempo que él ha determinado.

El capítulo 11 de Juan nos relata acerca de los hermanos Lázaro, María y Marta quienes eran de Betania y además eran amigos de Jesús. María y Marta mandaron mensaje a Jesús de que su hermano estaba enfermo, en él no explicaron los detalles de la condición de Lázaro ni le pidieron específicamente al Señor que hiciera algo, solo apelaron al amor del Señor por su hermano, con humildad y confianza le hicieron consciente de su necesidad. Ellas creían que Jesús estaba dispuesto a sanar a su hermano porque lo amaba y confiaban también en que Él tenía el poder para hacerlo.   La relación cercana del Señor con Lázaro, María y Marta hace parecer misterioso lo que ocurrió a continuación, Jesús en lugar de apresurarse a ir a Betania se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Su demora como vemos al estudiar este pasaje,  tenía varios propósitos, uno de ellos demostrar que Jesús operaba de acuerdo a los tiempos de Dios, no de los hombres.

 Cuando las cosas no marchan como quisiéramos, casi de manera inmediata comenzamos a expresar nuestro descontento, murmuramos, nos enojamos y es posible que hasta envidiemos la vida de otros.  No está mal expresar lo que sentimos, pero en el salmo 39 el salmista nos lleva a reflexionar que en muchas ocasiones lo mejor es guardar silencio, porque a veces nuestras palabras en lugar de mostrar un corazón que confía en Dios, nos llevan a  pecar contra él, a reclamarle haciendo parecer que nosotros podemos hacer las cosas mucho mejor que Dios.  A través de este Salmo, seremos guiados no solo a llevar al Señor nuestras cargas, sino también a guardar silencio ante lo que él se encuentra haciendo en nuestras vidas mientras confiamos en su soberanía, providencia y justicia; así como a evaluar nuestro corazón a la luz de su Verdad para que, en lugar de pecar contra él, nos humillemos y nos arrepintamos.

Jesús había viajado por más de tres años a todo lo largo y ancho de Israel, predicando el evangelio, llamando al arrepentimiento, denunciando la religión falsa e hipócrita, instruyendo a sus discípulos y realizando incontables señales y maravillas para confirmar que Él era el Mesías. Por medio de palabras y obras, Jesús había demostrado claramente su deidad e igualdad con Dios, pero en este episodio del capítulo 10 del evangelio de Juan, vemos a los judíos rodeando a Jesús y diciéndole: ¡si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente! Lejos de ser una petición sincera de información, en realidad era otro intento de tenderle una trampa con la idea de librarse de Él. Como era la amenaza más grande a su poder y prestigio, buscaban sin parar la forma de desacreditarlo y desecharlo por completo. En este episodio veremos cómo se muestra en esta sección de Juan el progreso de la hostilidad hacia Jesús, y cómo por otra también está llena de seria exhortación y de una tierna invitación.

Es posible que pensemos que el pecado es algo trivial que si lo ignoro no afecta a nadie, sin embargo, el salmo 38 nos muestra una realidad distinta. El pecado no solo deshonra a Dios sino que también nos destruye a nosotros y a los demás. El pecado que no confesamos y del que no nos apartamos puede traer mucho dolor a nuestra vida, incluso puede llegar a tener repercusiones en nuestra salud física. El Salmista a través de este Salmo, nos dirige por el camino del arrepentimiento, no solo como un expresar disculpas a Dios, sino que nos lleva a ver el pecado como lo que realmente es: repugnante. La buena noticia es que no nos deja en ese estado desesperanzador, sino que nos impulsa a buscar el perdón de Dios y a ser restaurados por su gracia.

La Biblia se refiere a Jesús con muchos títulos, pero uno de los más especiales y cautivador es el de Pastor. Siglos antes de que el Mesías viniera, el Antiguo Testamento había predicho que Él habría de pastorear a su pueblo; no sorprende que los escritores del Antiguo Testamento también usarán frecuentemente la imagen del pastoreo para describir a Israel como el rebaño de Dios, también lo hicieron para describir a la Iglesia. Pero, en ninguna parte de las Escrituras se le describe a Jesús tan claramente como pastor de su pueblo como en el capítulo 10 del Evangelio de Juan. En esta alegoría, Jesús se describe a sí mismo como el buen pastor, en oposición a los pastores malos que perjudican a las ovejas. Esta sección nos revela tres características de Jesús que como el buen pastor da a su ovejas: muere por ellas, las ama y las une.  En todo momento se puede ver y entender a través de esta alegoría la dependencia absoluta de las ovejas respecto al pastor. Las ovejas dependen de él en cuanto a provisión, dirección y protección. El pastor lo es todo para ellas, y ellas colocan toda su confianza en él. ¡Benditas las ovejas que tienen tal pastor! Ningún enemigo podrá jamás perturbarlas.

El corazón humano siempre está en busca de algo que le de consuelo, paz y descanso, sin embargo, el problema surge cuando busca la fuente de su gozo y tranquilidad lejos de Dios. Un corazón así fácilmente se irritará, será impaciente, se quejará y la amargura será su compañera inseparable, puesto que no alcanzará la plenitud de su vida y la envidia inundará su alma al querer tener lo que otros poseen en su búsqueda de bienestar. El salmista nos guía a estar satisfechos en Dios y de ese modo dejar aun lado cualquier sustituto del gozo y la paz que solo podemos encontrar en la gracia de nuestro Salvador.

Tendemos a pensar que no somos tan malos como otros, o que nuestras faltas no son tan graves o dañinas en comparación a ellos. Se nos hace fácil identificar el pecado en otros; más aún cuando somos afectados por ellos. Sin embargo, el mensaje del Evangelio dirige los reflectores a que veamos primero dentro de nuestros propios corazones para darnos cuenta que; no se trata de lo que hacen otros, soy yo quien no llega al estándar de Dios, y que no hay nada que pueda hacer en mis fuerzas para salvarme de esta situación. El Salmo 36 nos apunta a la única esperanza para ti y para mí; nos enseña la salida para dejar de abrazar el pecado y poner nuestra confianza real en Dios y así ser rescatados de lo que nos separa de Él. Cuando vemos lo verdaderamente desagradable de nuestro pecado y cómo este nos separa de Dios, y vemos la buena noticia que es que podemos ser salvados en Cristo, entonces somos guiados a arrepentirnos de nuestros pecados; no solo porque sean desagradables a Dios, sino porque ahora podemos encontrar verdadera esperanza y cuidado para nosotros, en su amor y sus promesas.

La curación milagrosa de Cristo del ciego de nacimiento fue un despliegue impresionante de su poder divino, fue un suceso que transformó la vida del ciego de nacimiento. Pero la visión física no era todo lo que el Señor quería darle a este hombre, él hace algo aún más trascendental en su vida: le invita a que ponga su confianza en la salvación que hay en Jesús. Este relato nos enseña por un lado que la sanidad física es importante, pero lo es aún más la salvación de nuestra alma, y también nos revela que hay muchas personas que van por su vida creyendo que “ven” y que no necesitan ser salvados, al respecto Jesús dice que si fueran ciegos, no serían culpables pero siguen siendo culpables porque afirman que pueden ver. En otras palabras, al no ver lo grande de sus pecados y miseria, no pueden gozar de verdadero consuelo y su pecado permanece porque han rechazado la salvación de Dios.

En este episodio hemos estudiado los vs. 13 al 34 del capítulo 9 de Juan donde se nos relata la sanidad de un ciego de nacimiento. Vemos que este hombre al recibir la vista fue llevado delante de los líderes para ser interrogado en una entrevista oficial. Cuando relató lo que había sucedido, se suscitó división entre los fariseos: ambos partidos sacaron conclusiones, lógicamente válidas, de premisas falsas. Cuando convocaron a los padres, éstos perjudicaron la causa de los interrogadores al responder de tal forma que sólo era posible una conclusión: había ocurrido realmente un milagro. Es interesante cómo este pasaje ilustra cuando los escépticos incrédulos investigan los milagros de Cristo u otro suceso sobrenatural registrado en la Biblia, solo puede haber un resultado: negarán la veracidad de tales relatos, no importa cuál sea la evidencia. Así lo explicaría después un antiguo fariseo: el apóstol Pablo: “El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Co. 2:14; cp. Jn. 6:44).

Cuando se cometen, a nuestro parecer, injusticias en contra de nosotros, tenemos la tendencia natural de buscar arreglar las cosas por nuestra propia cuenta, es decir, queremos tomar la justicia en nuestras manos y anhelamos que el ofensor sufra por lo que hizo. A través del salmo 35, somos invitados a llevar delante de Dios nuestras quejas y angustias que otros cometen en nuestra contra, confiando que él cuida de nosotros y sobre todo, pidiéndole al Señor que el evangelio pueda alcanzar a nuestros ofensores ya que, del mismo modo, nosotros mismos fuimos enemigos de Dios y él obró en nuestro corazón a través de la obra de Jesús para transformarnos.

La enfermedad es una realidad de la existencia en un mundo imperfecto. Aflige a todos los seres humanos, nos recuerda que somos finitos y limitados; no importa cuán cuidadosas o conscientes de su salud intenten ser las personas, la enfermedad a la larga es inevitable. A pesar de todas las tecnologías sofisticadas que se utilizan hoy en día, los profesionales médicos modernos tienen limitaciones en la cantidad de curaciones que a la larga pueden ofrecer.  Dios; por otro lado, no tiene ninguna limitación en su capacidad para sanar. Él es soberano sobre la enfermedad y la sanidad (Dt. 32:39). Él tiene poder para hacer lo que quiera (Sal. 115:3) no hay enfermedades más allá de su poder, y la sanidad del ciego en Juan 9  no puede explicarse como otra cosa diferente a su milagroso y divino poder.  Pero este relato de Juan 9, ilustra más que una simple sanidad, ilustra bellamente el proceso de la salvación. Los pecadores perdidos, ciegos por el pecado no tienen capacidad para reconocer al Salvador ni para encontrarlo por su cuenta; y así como el ciego no se habría sanado si Jesús no lo hubiera buscado y se le hubiera revelado; si Dios no alcanzara a los pecadores, ciegos espirituales, nadie se salvaría.

Este mundo nos promete paz y estabilidad, nos ofrece un sinfín de atracciones para que las probemos y pongamos en ellas nuestra esperanza; sin embargo, una vez las probamos, nos damos cuenta que era una falsa publicidad, ya que todo eso no tiene la capacidad de darnos lo que solo Dios puede proveer. En el Salmo 34 se nos invita a probar la bondad del Señor, y el salmista nos garantiza que cuando le busquemos seremos escuchados y librados de todos los temores, porque Dios estará con nosotros.

Es verdad que todo lo que ha sido creado; todo lo que observamos y contemplamos del universo, nos muestran el gran poder y grandeza de Dios, y un salmo como el 33 nos muestra razones por las que somos invitados a alabar a Dios. El ser humano ante esta contemplación: corre a reconocer que solo hay un Dios y a rendirse solo a él, o corre en dirección contraria abrazando la alabanza sólo para sí mismo.  Tú en este día  ¿Hay alabanza y gratitud en tu corazón que te motiva a adorar a Dios, o quieres la alabanza sólo para ti? Acompáñanos a través de este estudio a unirnos al salmista quien nos invita a entonar alabanzas a Dios reconociendo su bondad y cuidado por nosotros.

Nuestros corazones buscan ansiosamente la paz, es por ello que constantemente nos encontramos poniendo sobre personas y cosas la responsabilidad de proveérnosla; sin embargo, nuestros intentos son infructuosos porque ni las personas ni las cosas fueron creadas para proveernos paz. El nacimiento de Jesús; aunque fue un evento histórico de hace mas de dos mil años,  nos anuncia una buena noticia en medio del caos de nuestro mundo: la paz que tanto anhelamos es posible a través de Jesús.  Acompáñanos en este episodio especial de navidad a recordar que la venida de Jesús como nuestro redentor nos muestra el camino de la correcta adoración y como resultado nuestros corazones pueden descansar en la verdadera alegría y paz.

Hemos finalizado el capítulo 8 de Juan. En estos últimos versículos vemos a través de las palabras de Jesús que la naturaleza de las pasiones y deseos íntimos que están dentro de cada ser humano,  indican quién es nuestro padre. Cada persona en el mundo tiene a Dios, o a el diablo como padre. No es cualquier cosa tener al diablo por padre como nos lo muestra este pasaje, él ha sido homicida desde el principio, es el padre de mentira, en él no hay verdad. El fin de aquellos que son sus hijos es una eternidad separados de Dios en condenación eterna. Pero Jesús vino con la misión de rescatar a los muchos de seguir siendo hijos de condenación. En contraste, el que es hijo de Dios,  escucha sus palabras y la guardan, la aceptan por fe y la obedecen. ¿Y tú a quién tienes como padre? 

Hay muchas cosas en la vida que nos pueden causar alegría: lograr metas, un cumpleaños, que gane nuestro equipo favorito, que las cosas salgan como queremos, etc. Pero ¿qué pasa cuando la vida no marcha como esperamos? La felicidad basada en nuestras experiencias puede desvanecerse en cualquier momento porque todo lo que vivimos es pasajero y muchas veces no podemos controlar los eventos que la pueden causar. El salmista nos habla de la felicidad de ser perdonado por Dios, ese gozo no tiene comparación ya que la obra de misericordia del Señor por los que se arrepienten les permitirá experimentar el favor de Dios para siempre, por lo tanto, sin importar lo que estemos viviendo, saber que estamos bien con Dios por el perdón de nuestros pecados nos lleva a gozarnos y esa alegría nadie nos la puede quitar.

Las fuerzas que no fallan La debilidad es algo con lo que no queremos ser identificados, rendirse ante una situación es lo último que esperaríamos, al contrario, buscamos ser fuertes; queremos estar por encima de cada circunstancia, tener el control y triunfar A través del salmo 31 el salmista anima a su pueblo a ser fuerte, a armarse de valor en medio de un mundo lleno de dolor. Pero, ¿cómo es posible esto? las fuerzas que no fallan, no se logra con ejercicio físico, resistencia o inteligencia emocional, esta fortaleza no está dentro de nosotros, sino que viene de afuera, es Dios el único que puede darnos el valor, ánimo y fuerzas para caminar por este mundo quebrantado.

A lo largo de toda la historia humana hemos buscado saber la verdad sobre la realidad, sobre lo que tiene sentido y propósito en la vida; filosofías, cosmovisiones y sistemas religiosos han surgido en todos los siglos. La creencia en que la humanidad por sí sola pueda formular un sistema que explique completamente toda la realidad alcanzó su cumbre en la Ilustración. Sin embargo, su optimismo en él se desvaneció en tiempos recientes; las guerras mundiales y la crueldad a lo largo del siglo pasado sacudieron rápidamente este idealismo. El escepticismo y el pesimismo tomaron su lugar y el concepto de verdad comenzó a cuestionarse, mientras los sentimientos de incertidumbre sobre la vida y la realidad se esparcían.  Hoy en día, se defiende que las “verdades” de las personas son solo normas sociales creadas por la cultura en que vivimos. Así, no hay verdades atemporales sino preferencias efímeras. Lo que funcione para las personas es bueno para ellas. Sin embargo, la palabra de Dios nos dice algo muy diferente. El tema del pasaje breve pero poderoso que vamos estudiar en este episodio, es el mensaje a lo largo del Evangelio,  es la verdad que trae libertad, y esa verdad no es un concepto o una ideología, la verdad es: Jesús.

La muerte puede ser algo aterrador que preferimos no pensar en ello y mucho menos tener que ver a otros pasar por ahí, sin embargo, algo que puede ser un evento lleno de miedo e incertidumbre puede tornarse en una esperanza llena de alegría porque la vida para un creyente no termina en este mundo. El salmista nos dirige a alabar a Dios porque ha sido levantado del sepulcro y nos apunta cómo la muerte de Cristo nos da la certeza que así cómo él fue resucitado, nosotros los que creemos por la fe en él, también lo seremos, la muerte no podrá detenernos y estaremos con el Señor para siempre.

El significado de Cristo como luz indica que en medio de un mundo oprimido por el pecado, expuesto al juicio y necesitado de salvación, para el género humano en todos sus aspectos (tanto judíos y gentiles, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, ricos y pobres, libres y esclavos), Jesús es la fuente de la iluminación de los hombres para la salvación eterna.  Pero no todos van hacia donde indica la luz. Hay separación, división de caminos. Algunos siguen la luz; muchos otros no. En este estudio vemos que los judíos y sus líderes están ciegos ante la verdad revelada delante de ellos, sus corazones están endurecidos y no reciben nada de lo que Jesús les dice. Pero, no caigas en la trampa de pensar “que malas eran esas personas” como si nosotros no hemos estado de su lado en diversas ocasiones. ¡Cuántas veces tú y yo no hemos dejado nuestro corazón endurecer delante de Dios, y hemos huido de la luz para que nuestras obras no sean expuestas!  Seguirla luz, es decir a Cristo, significa confiar en él y obedecerle. El llamado del Evangelio al hombre es a seguir la dirección de la luz, y a arrepentirse de trazar su propio curso a través del desierto de esta vida.

Sería desesperanzador creer que este mundo funciona sin ningún orden ni diseño y que todo lo que sucede son simplemente circunstancias aleatorias sin sentido, y cuyas consecuencias son simplemente el curso natural de una existencia sin propósito.  Pensar de esta manera es aterrador porque si esto fuese así, nuestra vida misma no tendría sentido ni propósito, y solo podríamos esperar que el más fuerte sobreviva o que por “suerte” y azar, vayamos sobreviviendo hasta donde se pueda.  El Salmista expresa de manera contundente que el universo no es irracional, no existe por accidente y que no está fuera de control, sino que está en las manos y bajo la dirección del Dios poderoso y sin igual que se muestra en la Biblia, y por lo tanto, es el único que merece la adoración.   El Salmo 29 nos invita a poner nuestra única esperanza en ese Dios que controla y dirige cada situación sabiendo que estaremos seguros en sus manos.

Muchas veces oramos fervientemente a Dios por alguna situación difícil, nos encontramos tan angustiados que clamamos una y otra vez esperando una respuesta. El salmista en el salmo 28 nos invita a clamar con el mismo fervor y perseverancia a Dios por una vida de acuerdo a lo que él nos enseña en su ley, él nos invita a pedir un corazón humilde, con disposición a arrepentirse y a agradar a Dios. Esta petición es más importante que cualquier cosa que podamos llegar a pedir.  Acompáñanos a estudiar cómo esta oración cambia nuestra manera de enfrentar el día a día y sobre todo nos prepara para la eternidad.

En Juan 8 vemos que Jesús se ha dirigido al Monte de los Olivos para pasar la noche, cuando regresa al templo a la mañana siguiente muchas personas acuden a él y él les enseña. Cuando de repente los escribas y fariseos interrumpen, traen una mujer tomada en el acto de adulterio, y le preguntan a Jesús: “En la ley de Moisés se exige la lapidación de tales personas. ¿Tú, qué dices?” pero esto lo decían porque como dice el versículo 6 buscaban ponerlo en aprietos y poder acusarle; si contestaba “no la lapiden” podrían acusarle de no seguir la ley de Moisés, o si decía que la mujer fuera lapidada hasta la muerte, podrían acusarle según la ley romana ya que está no permitía a los judíos ejecutar a nadie. En su enojo contra Jesús, estos escribas y fariseos llegan a utilizar a esta mujer como instrumento para llevar a cabo su plan contra Jesús. El pecado de la acusada no era mayor en comparación con la perversidad de ellos.

Si algo vemos alrededor de todo el capitulo 7 de Juan; además del antagonismo que había hacia Jesús, es la tierna paciencia y misericordia con la que él se dirige a las personas. El hace un llamamiento ferviente a que se arrepientan, en la fiesta de los Tabernáculos hace una invitación a las multitudes con las palabras: “Si alguien tiene sed, que venga a mí y beba”, pero sus enemigos se le oponen férreamente, y otros dudan aún si es quien él dice ser.  Cuando Jesús te dice que ames a tus enemigos, él sabe de qué te está hablando, lo vivió en carne propia. Jesús fue odiado injustamente, tenía enemigos, había personas que lo querían matar, llegó a ser insultado y calumniado sin merecerlo. ¡Ama a tus enemigos! porque de esta manera imitamos a nuestro Maestro y Señor. Escucha este y otros episodios del Estudio del Evangelio de Juan.

En este mundo enfrentaremos dolor y sufrimiento, sin embargo,  el salmista nos dice que podemos llegar a caminar por él llenos de fortaleza, no porque el valor y seguridad viene de lo fuerte o capaces que seamos; ya que siendo humanos somos finitos y limitados, sino de reconocer quién es el Dios fuerte y poderoso. Si Jesús está contigo, puedes encontrar confianza y seguridad en él, aún cuando todo se venga abajo y aún si llegará a perderlo todo, tenerlo a Él es suficiente para enfrentar la vida. Acompáñanos a estudiar el Salmo 27 y adorar a Dios porque es nuestra luz, salvación y fortaleza para nuestras vidas. 

Si pudieran pasar por un escaner tu corazón y ver todo lo que hay en él, ¿qué encontrarían?, ¿Sería motivo de orgullo o de vergüenza?. En este salmo 26 David, no solo pide que su corazón sea examinado y probado, sino que además le pide a Dios; quien es el único que tiene el poder para ver hasta lo más profundo de nuestros deseos, que considere su causa porque lo que podrá observarse es que hay integridad. ¿Cómo una persona pecadora puede tener la confianza y certeza para decir que es una persona integra y que no tiene problema que su corazón sea juzgado? Acompáñanos a estudiar en este salmo cómo podemos nosotros también poder unirnos al salmista y decir: ¡Dios, examina mi corazón!

En el capítulo 7 vemos a los hermanos de Jesús que consideran que él debe de ir a la fiesta y darse a conocer ya que en Jerusalén estarán muchas personas que se han reunido procedentes de todo lugar, y tendrá así la oportunidad de hacer sus milagros.  Jesús les responde que su tiempo aún no ha llegado. Su respuesta demuestra una dependencia y un compromiso completo al plan soberano del Padre para su vida. Cuando finalmente Jesús va a la fiesta vemos que todos los reunidos tenían diferentes opiniones a cerca de él; había una aceptación superficial de parte de algunos y rechazo de parte de otros, a pesar de ello vemos que Jesús no dejo de declarar con denuedo acerca de su identidad y misión. Lo que el pueblo; tanto los líderes como las demás personas debería haber hecho al escucharle hablar, era reflexionar serenamente acerca de estas cosas, sin embargo vemos a unos líderes hostiles y enfurecidos con Jesús.

En nuestras vidas tendemos a buscar relaciones y experiencias que nos brinden satisfacción, y tendemos  a evitar aquellas que nos puedan ocasionar humillación o vergüenza. A veces, podemos llegar a terminar con relaciones porque tenemos vergüenza de aceptar nuestra culpabilidad, o podemos incluso dejar ir grandes oportunidades por temor a ser humillados y avergonzados. Este temor no es nuevo, ni es una particularidad de solo algunos, este salmo nos muestra que ha estado presente en el corazón del hombre desde mucho antes de esta era moderna.  En el salmo 25 David nos recuerda que hay una vergüenza mucho mayor a la que tenemos que prestarle atención y que debe preocuparnos, y es la vergüenza de nuestro pecado. Pero a la vez, David nos muestra que sólo Dios puede librarnos de ella a través de Cristo para que el que confíe en él jamás sea avergonzado. 

Si vemos a nuestro alrededor estamos rodeados de requisitos para diferentes cosas; para obtener un empleo se nos pide tener cierta experiencia, para poder obtener un título debemos realizar diferentes entrenamientos, donde vayamos debemos  cumplir con los estándares o protocolos señalados. De no cumplir con ellos es probable que no tengamos acceso ni obtengamos lo que buscamos.   Pero, qué pasa cuando se trata de entrar al cielo ¿Existe algún requisito para entrar en él? ¿Qué pasa si no cumplo con lo estipulado por Dios? ¿Por qué él habría de establecer el estándar y no yo? Muchos quieren estar en el cielo, pero pocas veces se reflexiona sobre lo que Dios mismo ha dicho sobre quién puede estar con él para siempre.  En el salmo 24 el salmista no solo nos dice quién puede estar en la presencia de Dios, también nos dice cómo poder tener esperanza a través de la obra de Jesús. 

El capítulo 6 del Evangelio de Juan revela probablemente con más claridad que ningún otro pasaje de la Escritura, la clase de Mesías que el pueblo quería; uno que fuera capaz de satisfacer sus necesidades físicas y estuviera dispuesto a hacerlo. Cuando vieron en Jesús un obrador de milagros; quien multiplicó los panes y los peces y les dio de comer hasta quedar saciados, creyeron que él cumpliría sus esperanzas y querían llevarselo para coronarlo rey; sin embargo, vemos que Jesús se aparta al monte a estar sólo. Estas personas al ver frustrados sus planes, al día siguiente llenos de entusiasmo y con la clase de fervor que se apodera de una multitud, lo dejan todo y cruzan en barcas para ir a buscar a Jesús.  Al encontrarlo, Jesús con tierna gracia y paciencia les enseña acerca de la salvación que necesitan y que sólo Dios les puede dar; pero ellos al escucharle, se fueron dando cuenta que él no era lo que ellos habían imaginado y encontramos que las masas le vuelven la espalda y deciden no seguirle más. ¿A caso no sabía Jesús que esto sucedería, que aquella multitud a la que alimentó un día después le iba estar dando la espalda? ¿Sabía Jesús que estas personas buscaban un Mesías político y que rechazarían al verdadero Mesías? ¡Claro que lo sabía!  y sin embargo, un día antes les alimentó y con mucha paciencia y amor les habló de su misión de salvación. A ti este día Dios no sólo te ha dado pan y ha provisto para tus necesidades, él ha multiplicado los días de tu vida: Tú, ¿serás de los que seguirá a Jesús en tanto que él cumple todos tu deseos, en tanto él haga lo que tú quieres y esperas de él? o puedes decir hoy, este día; a pesar de la adversidad, como dijo Pedro: ¡Señor a dónde iré sólo tú tienes palabras de vida eterna! Escucha este y otros episodios del Estudio del Evangelio de Juan

¿Te agrada la idea de un Dios que cuide de ti? ¿es para ti motivo de descanso saber que hay un Dios que estará a tu lado en cualquier momento de tu vida? El salmo 23 dirige nuestra mirada haca un Dios lleno de amor que está al cuidado de su pueblo, pero no solamente eso es lo importante, sino también la comunión intima que puede haber con ese pastor amoroso. Acompáñanos en este estudio de este salmo tan querido por muchos y veamos cómo puede llegar a ser una realidad para nosotros hoy.

Al principio del capítulo 6 de Juan nos encontramos con la multitud a la que Jesús le dio de comer de los panes y los peces. Leemos que esta multitud al ver esta señal querían llevárselo para hacerlo su Rey, pero él se apartó para estar solo. Al día siguiente, estas mismas personas estaban buscando a Jesús y al encontrarle le preguntaron Rabí, ¿cuándo llegaste acá?, Jesús les responde que él sabe que lo buscan por que les dio de comer y  los exhorta a que busquen obtener la comida que permanece para la vida eterna.  En esta primera parte del relato vemos una multitud que se encuentra receptiva a las palabras de Jesús, ellos preguntan ¿qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? y además le preguntan qué señal hará para le crean. Jesús, lleno de amor y mucha paciencia les habla de que Dios su Padre les dará el verdadero pan del cielo; refiriéndose a él mismo y su salvación. La reacción de la multitud no es diferente de la que tuvo la mujer samaritana cuando esta le pidió agua para ya no tener que ir al pozo a recogerla.

Vivimos tiempos en donde a la vez que estamos conectados con muchas personas, en ocasiones nos podemos llegar a sentir muy solos. Muchos han experimentado la soledad de maneras e intensidades diferentes; algunas muy difíciles y llenas de dolor y, otras tal vez un tanto pasajeras. A través del Salmo 22, se nos recuerda que gracias a la obra de Jesús podemos estar seguros que no seremos abandonados por Dios. Jesús tomó nuestro lugar al ser abandonado por el Padre por cargar con nuestros pecados, para que nosotros nunca experimentemos la soledad eterna.

Al anochecer del día de la multiplicación de los panes y los peces, vemos otra señal que hizo Jesús esta vez sólo a sus discípulos. Acompáñanos en esta corto episodio a meditar en la soberanía de Jesús y cómo él gobierna sobre toda la creación. 

Admiramos lo que muchas personas logran hacer debido a sus capacidades y disciplinas, pero por más que los admiremos su éxito no será nuestro. Cuando vemos la obra de salvación y victoria de Jesús sobre el pecado, se nos invita a creer en él y su triunfo también es nuestro. La obra de salvación de Dios a través del sacrificio de Cristo garantiza para nosotros la victoria que podemos comenzar a disfrutar en esta vida y se extiende por la eternidad. Eso produce alegría y una alabanza a Dios por este regalo de gracia. En este salmo se nos invita a alabar a Dios porque ha librado al rey de las manos de los enemigos y cómo esa salvación es una realidad para su pueblo

Hola! Nos da mucho gozo estar de regreso dando por iniciada la Temporada 2 del Evangelio de Juan. Retomaremos nuestro estudio en el capítulo 6 donde veremos cómo en un mismo capítulo Jesús aparece en la cúspide de su celebridad, para luego ser abandonado por muchos de sus seguidores. A pesar de ello, veremos cómo Jesús aparece revelado en gloria y majestad. En el episodio de hoy abordaremos cuando multiplica 5 panes y 2 peces para dar de comer a una multitud de más de 5,000 personas; y cómo esta multitud al ver esta señal quieren llevarse a Jesús para proclamarlo rey. Pero veremos, que aquel cuyo reino no es de este mundo, se apartó para estar solo antes que ellos vinieran a llevárselo a la fuerza. Jesús frustró el propósito de la multitud, pero no el propósito y el tiempo señalado por Dios. Escucha este y otros episodios del Estudio del Evangelio de Juan a través de cualquier plataforma de Podcast y en YouTube www.noestacallado.com

El capítulo 5 de Juan nos dice que había un estanque lleno de enfermos esperando ser sanos por el movimiento del agua. Entre ellos hubo uno que atrajo la atención de Jesús más que ningún otro. Se trataba de un hombre que hacía 38 años era afligido por su enfermedad. Jesús vio a este hombre, y le preguntó si quería ser sano y este se lamentó que siempre descendía alguien al estanque antes que él. Jesús le dijo: Levántate, toma tu camilla y anda, el hombre obedeció y quedó curado inmediatamente. Jesús hizo este milagro en un día de reposo y por esta razón vemos que se desarrolla una controversia entre Jesús y los judíos; ellos no sólo procuraban matarle porque violaba el día de reposo, sino que también porque llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios. En los siguientes versículos leemos que Jesús no sólo les habla acerca de que él y Dios son uno mismo, sino que también les da 5 testimonios a favor de él mismo

¿Cuál es la garantía que tus oraciones serán escuchadas? Aún más, cuando oras por ti u otras personas ¿Cuál es tu garantía que tus oraciones serán contestadas? El Salmista en este salmo 20 nos invita a reflexionar en sus palabras; si hay una garantía para el creyente de que sus oraciones son escuchadas, es sobre la base de la obra de Jesús en la cruz.

Este mundo funciona debido a la comunicación. Cada día nos exponemos a muchos mensajes: las noticias nos hablan, las redes sociales nos hablan, y si vemos el universo a nuestro alrededor también nos está hablando. ¿Qué nos dice todo el universo, la naturaleza y todo lo que nos rodea? Nos dice una y otra vez que hay un Dios que hizo todo lo que existe y su poder es sin igual. La Biblia también nos habla y nos dice cómo poder responder a ese Dios poderoso y venir ante él para relacionarnos con él. ¿Tú estás escuchando su voz o lo estás ignorando para seguir tu propio corazón?

Jesús llega a Jerusalén donde había un estanque que en hebreo se llama Betesda, alrededor de él se hallaban cientos de enfermos y entre ellos un hombre inválido que llevaba enfermo 38 años. Si había alguien en ese día con el poder de decirle a todos, “párense y sean todos sanos” ese era Jesús. Sin embargo, él se dirigió hacia aquel hombre diciéndole ¡levántate, toma tu camilla y anda!; y a continuación el relato nos dice que al instante aquel hombre quedó sano. Esta recuperación no es ni gradual ni parcial, cuando Jesús pronunció la palabra, el cuerpo de aquel hombre recibió nuevo poder y energía, y tomó su camilla, y anduvo. Este es nuestro Dios todo poderoso, él da una orden y al instante su orden se cumple.

Día a día en nuestro corazón se libran batallas que nos producen desesperación, angustia, dolor, ansiedad, amargura. Luchamos para lograr un poco de paz, pero al final del día terminamos cansados. En el salmo 18, el salmista nos lleva por un recorrido sobre la fidelidad de Dios mostrándonos que es él quien nos sostiene y nos da la fortaleza que necesitamos mientras transitamos por este mundo lleno de dolor.

Jesús después de su encuentro con los Samaritanos, se dirige a Galilea para reanudar el viaje que había comenzado. La noticia de la llegada del Señor a Caná llegó hasta Capernaúm. El relato nos dice que un oficial del rey quien tenía un hijo que estaba enfermo y estaba a punto de morir, se dirige hacia Jesús. Este hombre le suplica a Jesús que vayan con él para que pueda sanar a su hijo. Lo que Jesús hace a continuación demuestra que la distancia no representa un verdadero obstáculo para la manifestación de su amor y poder.

En el Salmo 17 el salmista nos muestra un modelo de oración en el que podemos reflexionar sobre las intenciones de nuestras propias oraciones, y nos ayuda a comprender cuál es la base sobre la cual Dios escucha nuestras suplicas. En este salmo somos animados para no dejar de humillarnos y venir una y otra vez delante del Señor para orar y confiar en él.

Cuando los discípulos regresaron después de haber comprado comida, se sorprendieron al ver a Jesús hablando con una mujer. El hecho que un hombre judío hablara con una mujer quien además era Samaritana, era una completa violación de la costumbre social rigurosa y de la enemistad que prevalecía entre los dos grupos. ¿Por qué hizo esto Jesús?, ¿por qué violaba un pacto tan importante entre judíos? Si quería ganárselos por qué hacía algo que los podía ofender ¿No sabía Jesús que podía perder credulidad?, ¿no sabía Jesús que hasta podían pensar mal de él? Para comenzar; en términos de éxito y de influencia, Jesús debía de ir y convencer a gente importante: gobernadores, reyes, líderes políticos y religiosos para poder tener influencia sobre las masas. Nadie que quiere crecer su popularidad y ganar adeptos se va con lo más bajo de la sociedad: una mujer de dudosa reputación Dios no se rige por nuestras reglas culturales, él es creador y dueño de todo lo que existe, él se acerca a su creación, a la mujer samaritana. La despreocupación del Señor indica claramente que ante Dios el alma de una mujer no es menos preciosa que la de un hombre. Sabemos por este relato que la mujer deja su cántaro y se va a decirle a todos acerca de este hombre con quién ha estado hablando. Aquí vemos una mujer que estuvo dispuesta a comunicar las nuevas a los vecinos del pueblo a quienes probablemente antes solía evitar por su reputación.  El evangelio tiene ese poder de cambiar nuestra vergüenza por gozo.

¿Hacia dónde corres cuando necesitas refugio? ¿A dónde buscas paz para tu corazón angustiado? A través del salmo 16 el Salmista dirige nuestra mirada para que Dios sea nuestro verdadero refugio, y nos recuerda que confiar en otra cosa que no sea el único Dios verdadero, traerá solo dolor y desesperanza a nuestra vida.

La historia de la mujer samaritana es la historia de nuestra conversión, antes de venir a Cristo tuvimos una sed insaciable y no encontrábamos nada que satisficiera permanente nuestra sed. Al oír de Dios no le conocimos completamente, fuimos conociéndolo a medida que él se fue revelando poco a poco a nuestras vidas, y al igual que la mujer samaritana llego un momento donde ya no pudimos con el peso, la vergüenza de nuestra culpa, y finalmente vinimos a Cristo. Nuestro caminar cristiano no es muy distinto, el Espíritu Santo en nosotros dice su palabra nos convence de pecado, nuestra conciencia nos recuerda que necesitamos su perdón, y al igual que como Jesús le ofreció agua viva a esta mujer, Dios nos llama constantemente a regresar a esa fuente una y otra vez. Los problemas más grandes que tenemos vienen de llevar nuestra sed a que sea saciada en otras fuentes, en vez de saciarla en Jesús

El corazón del ser humano siempre anhela algo mejor, es por eso que buscamos maneras de tener un mejor automóvil, una mejor casa, un mejor trabajo, inclusive se busca de diferentes maneras tener un mundo mejor donde vivir, y eso nos lleva a la pregunta “¿Cómo logro eso?” El Salmo 15 nos invita a pensar no en cómo buscar hacer de este mundo un lugar mejor para vivir, sino a que nos preguntemos ¿quién puede estar delante de Dios para siempre? La respuesta a esta pregunta será crucial para nuestras vidas ya que el justo que describe la Biblia tendrá su corazón en la eternidad, mientras el malvado, ni siquiera le importará esa respuesta ya que considera en su corazón que no hay Dios.

Jesús salió de Judea y fue a Galilea, en el camino, cansado y sediento se sentó junto al pozo de Jacob. Cerca del mediodía llegó a sacar agua una mujer Samaritana, lo cual era inusual ya que de acuerdo con la tradición usualmente las mujeres iban en grupo a sacar agua por la mañana o por la tarde para evitar el calor del sol; si la mujer vino sola a medio día esto podría indicar que estaba aislada o evitando el contacto con otras personas. Jesús le pide a esta mujer que le dé agua para beber, y ella se sorprende que un hombre judío le hable y además le esté pidiendo un favor. Sabemos por el relato que Jesús le habla del agua viva que él podía darle, la cual no sólo le apagaría la sed, sino que se la suprimiría a lo que la mujer responde: “Dame de esa agua para que ya no tenga que venir aquí” La respuesta de la mujer demuestra que no entendió las palabras de Jesús, ella creía que esa agua era de carácter físico, pero su respuesta no es muy diferente de como muchas personas responden al evangelio hoy en día. El hombre y mujer moderna quieren oír que hay una fórmula, una solución, para que nunca más vuelvan a trabajar, para que nunca más se vuelvan a enfermar, o a estar triste, para que nunca falte el dinero, el éxito y la felicidad. Sin embargo ese no es el mensaje del Evangelio. 

Vemos a nuestro alrededor y pareciera que ni el mundo ni nuestras vidas parecen mejorar: guerras, enfermedades, pleitos, amargura, ansiedades y tantas otras cosas que enfrentamos diariamente que nos lleva a preguntarnos ¿Cuándo será este un mejor lugar para vivir? ¿Cuándo mejorará mi vida y situación? El Salmista nos dirige por este diagnóstico en la humanidad y nos dice claramente por qué estamos cómo estamos; pero no solo nos menciona el problema, sino que nos apunta a la verdadera solución.

En innumerables ocasiones nos encontraremos ante diálogos en nuestra mente pensando que Dios se ha olvidado de nosotros, que quizás está lejos o  escondido. A medida que le damos más espacio a estos diálogos y comenzamos a creer que Dios no está, somos tentados a querer resolver los problemas por nuestros propios medios El Salmo 13 es un buen recordatorio que en medio de esos momentos oscuros y tenebrosos donde pensamos que Dios nos ha abandonado, el salmista nos recuerda que Dios siempre ha estado ahí siendo fiel a su pacto con sus hijos.

Jesús después de su conversación con Nicodemo en Jerusalén, se retiró con sus discípulos a la tierra de Judea donde por medio de sus discípulos, bautizaba. Ahí cerca, Juan el Bautista bautizaba también. Los seguidores de Juan disminuían e iban en pos de Jesús, esto despertó los celos en sus discípulos quienes van a quejarse con su maestro. Juan les responde que nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda, y que la noticia le da gozo porque es necesario que Jesús crezca y él mengue. En lugar de quejarse por el éxito de Jesús, los discípulos de Juan debían haberse alegrado de que la obra que había sido encomendada a Juan el Bautista se estaba logrando, que el propósito de la venida de Jesús y de su plan de redención se estaba cumpliendo: la gente estaba yendo a Jesús. Al final de la conversación con sus discípulos, Juan les dice que el que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que lo rechaza no sabrá lo que es esa vida. Sólo hay dos alternativas que todos enfrentaremos en esta vida: Vienes a Jesús con una Fe genuina en él, o decides vivir en una desobediencia desafiante Entendamos esto, no creer en Jesús como Señor y Salvador es una desobediencia desafiante, o estás con Jesús o estás contra él.

Muchos de nosotros nos podemos llegar a sentir solos, podemos llegar a experimentar momentos donde vemos hacia todos lados y pensamos que no hay nadie quien nos pueda ayudar. Todo aquello en lo que pusimos nuestra esperanza nos ha defraudado y al parecer no hay personas dignas de confianza a nuestro alrededor. El salmista nos recuerda que debido al pecado en el ser humano este mundo será difícil para encontrar alguna esperanza para nuestras vidas aquí, sin embargo dirige nuestra mirada hacia el único que realmente cuidará de nosotros.

En Juan 3:1-14 vemos a Nicodemo, un hombre líder religioso de los judíos que busca a Jesús, ambos entablan una conversación donde Jesús le habla a cerca de nacer de nuevo, Nicodemo a pesar de su erudición no comprende las palabras de Jesús, pero Jesús con paciencia le continúa explicando a cerca del mensaje mas importante: El Evangelio. En los versículos que les siguen (16-21) vemos que el enfoque se aparta de Nicodemo para centrarse en el discurso de Jesús a cerca del significado verdadero de la salvación, estos versículos nos presenta un panorama del amor De Dios y de la condición del ser humano. El mensaje del evangelio requiere una respuesta del que lo oye; no hay una respuesta neutra. Lo recibes o lo rechazas. El que recibe este mensaje lo abraza, lo atesora y su vida no permanece igual.

Ante una situación de peligro la alarma en nuestra mente se enciende y nos prepara para buscar un lugar seguro, un instinto básico de supervivencia es huir. Día a día nuestro mundo se derrumba ante nosotros y pareciera que no hay nada estable que permanezca y que nos dé seguridad. La economía no es estable, la política no es estable, la salud no es estable, las relaciones no son estables por lo que nuestro corazón puede tener la tentación de llenarse de angustia, temor y desesperación, y somos tentados a huir buscando algo que nos dé esa seguridad que esperamos. El salmista una vez más dirige nuestra mirada al único en donde podemos encontrar refugio, nos anima a que en lugar de huir atemorizados, descansemos en el único que puede sostenernos y defendernos en este mundo lleno de incertidumbres.

Nicodemo, un hombre líder religioso de los judíos busca a Jesús. Jesús le habla a cerca de nacer de nuevo, él le dice que este nuevo nacimiento es un acto de Dios y que así como  Moisés levantó la serpiente en el desierto (números 21:4-9) así es necesario que él sea levantado.  Jesús se refiere cuando en una ocasión Israel se había rebelado y había hablado contra Dios y contra Moisés, Dios envió serpientes ardientes entre el pueblo, las cuales mataron a muchos. Cuando el pueblo confesó sus pecados, Moisés oró por ellos. Dios ordenó a Moisés que hiciera una serpiente ardiente y la pusiera sobre una asta; y el que viera a ella viviría. Jesús compara esa ocasión con lo que él había sido enviado a hacer por la humanidad: En ambos casos la muerte amenaza como castigo del pecado. En ambos casos es Dios mismo el que, en su gracia soberana, provee un remedio. En ambos casos el remedio consiste en algo/alguien que debe ser levantado a la vista de todos. En ambos casos todos los que, con corazón creyente, miran a lo que es levantado, son curados. El “levantamiento” del Hijo del Hombre se presenta como una necesidad. No es un remedio más; es el único remedio posible para el pecado. Este es el mensaje del Evangelio. Escucha este y todos los martes el Estudio Bíblico basado en El Evangelio de Juan  y compártelo con alguien que está buscando conocer más a Dios. www.noestacallado.com

Cuando vemos a nuestro alrededor lo complicado y difícil que a veces se torna el día día, tendemos a idealizar un mundo mejor, imaginamos escenarios que pudieran ser mucho mejor de lo experimentamos ahora; sin embargo, por mucho que imaginemos un mundo mejor las cosas parecen no cambiar y somos tentados a pensar que Dios no tiene el control, o que quizás está lejos y no le interesa nuestra vida. En este salmo el autor se pregunta si Dios está lejos o ignora su vida, pero en medio de todo lo que pudiéramos pensar o experimentar nos recuerda que Dios está cercano, es justo, nos consuela en todo momento y dirige nuestra mirada; no a imaginar un mundo mejor, sino a confiar en su Reino Justo y Santo.

Un hombre líder religioso de los judíos viene de noche buscando a Jesús. En la plática en la que se embarcan, Jesús le habla a cerca de nacer de nuevo, él le dice que este nuevo nacimiento es un acto de Dios a través del cual la vida eterna es impartida. Los judíos esperaban el reino de Dios, pero Nicodemo por ejemplo y otros de su grupo, creían que esta iba ser posible debido a su buen desempeño y capacidad de cumplir la ley. Jesús le está diciendo que a no ser que nazca de nuevo, no hay manera que vea ni sea participe del reino de Dios. Debe haber sido muy difícil para Nicodemo despojarse de lo que siempre había creído, como lo puede estar siendo para ti hoy. Quizás ideas filosóficas, corrientes humanista, tu justicia propia o buenas obras te han detenido de venir a Jesús. Sea lo que sea que a ti te haya detenido, hoy es un buen día para acercarte a él. ¡Ven a Jesús así como estás!

Si recibimos una buena noticia o proyectamos escenarios buenos a nuestro favor, esto nos hace sentir esperanzados y de buen humor; pero si recibimos una mala noticia o el escenario ante nosotros es incierto nuestra vida se derrumba y se torna en un caos. ¿Dónde encontrar paz cuando la vida se vuelve desesperanzadora? ¿Dónde encontrar justicia en un mundo lleno de injusticias? El salmo 9 dirige nuestros ojos hacia el Dios en quién podemos confiar en todo momento

La purificación del templo es el cumplimiento de una de las señales que efectuaría el Mesías, libros como Malaquías, Zacarías, Salmos se menciona acerca de ello. Por lo que Jesús lleno de un celo Santo; al haber expulsado a los mercaderes junto a los bueyes y las ovejas y al haber volcado las mesas de los cambistas; ellos los testigos de lo que acababa de suceder, deberían haber reconocido en ese mismo instante que Jesús era el  Mesías esperado, deberían haber caído de rodillas y reconocer que delante de ellos estaba el Mesías mismo, las autoridades debían estar avergonzadas de todo aquel robo y codicia en el patio del templo. Sin embargo, en vez de ello le piden una señal, su petición provenía de su mala disposición para admitir su culpabilidad; en lugar de preguntar a Jesús por una señal, debían haber confesado sus pecados y venir a él.

Cuando vemos la creación, contemplamos los cielos y el universo; vemos las montañas y que todo lo creado es tan imponente y cuidadosamente bien diseñado, es imposible no pensar ¿quién es tan poderoso que puede hacer todo esto? Si alguien está por encima de todo lo creado es aquel que lo creó todo y quien merece toda adoración.

Juan 2 relata cuando Jesús cambia el agua en vino, a través de esta señal la primera de una larga serie, Cristo desplegó la gloria de su poder y de su amor ¿Quién era el novio de esta boda? No lo sabemos. ¿Quién era la novia? Tampoco se nos dice. ¿Qué relación tenía María con la pareja para haber sido invitados?, ¿era la tía del novio o de la novia?, hay silencio otra vez. ¿Qué dijeron/hicieron los meseros?, ¿qué dijo el novio? estos detalles no son mencionados en el texto y la razón es sencilla, no son importantes, el autor no quiere centrar la atención del lector en el novio o novia, es irrelevante para el propósito del texto, todos estos detalles están relegados a un segundo plano. Jesús aparece en todo su esplendor y todo lo demás queda en las sombras. El énfasis no era la señal en sí misma, la señal lleva la atención hacia aquel que la realizo: Jesús. El versículo 11 entonces nos dice con qué propósito se realizó esta primera señal: Así reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

Todos hemos experimentado en algún momento un acto de injusticia en contra nuestra, y hemos exclamado ¡esto es injusto!, pero ¿cómo sabemos que algo es injusto?, ¿quién determina lo que es correcto o incorrecto? La Biblia nos dice que hay un momento en el que Dios juzgará a toda la humanidad no en base a lo que cada uno determina por justo, sino de acuerdo a la justicia de Dios ¿Quién puede estar delante de Dios y decirle qué es justo? ¿En qué se basa tu esperanza para ese día de juicio? El Salmo 7 nos provee una esperanza para que nuestros corazones descansen en la Justicia de Dios.

De acuerdo a Juan 1:35-51 los dos primeros discípulos fueron Andrés y Juan.  El tercero y el cuarto fueron Pedro y Santiago. Felipe, fue el quinto. Jesús cambió la vida de estos hombres y de otros más que llegan a formar parte de sus discípulos. Estos hombres que nos relatan estos versículos quedaron tan impresionados por lo que hallaron en él que no sólo no podían callar ni dejar de contarles a otros de Jesús, estos hombres años mas tarde murieron como mártires: algunos decapitados, otros aserrados, muertos a espada, por no renunciar a creer en Jesús; por ellos y otros pocos que no amaron sus vidas más que a Jesús, hoy estamos aquí desde este Podcast llevando este mensaje que da Vida y Salvación. Si tu aún no has puesto tu confianza en Jesús como Señor y Salvador la invitación de Jesús sigue siendo la misma: Ven y ve. Puede que haya desconfianza, dudas o incluso dolor en tu corazón, mas allá de esta lucha: Ven y ve, prueba que Dios es Bueno.

Cuando estás sufriendo las consecuencias de tus malas decisiones, ¿te duelen las consecuencias o te duele el pecado que has cometido porque ofende a Dios? A través del Salmo 6 el salmista siente que la ira de Dios puede venir sobre él a causa de su pecado, pero en lugar de correr de Dios, implora su misericordia para que lo pueda salvar. ¿Y tú a dónde vas cuando le fallas a Dios?

Las deudas, la enfermedad, el sufrimiento y el dolor, aunque causan aflicción no son el problema más grande que enfrentaremos en nuestras vidas; el problema más grande es el pecado que mora en ti y en mí. Tú podrías tener tu mejor vida ahora; salud, fama, una pareja estable, cuentas bancarias, prosperidad, y morir el día de mañana sin que tus pecados te sean perdonados y tu final sería uno muy lamentable. Juan, al referirse a Jesús como el Cordero que quita el pecado del mundo quiere anunciar la más grande noticia a la audiencia que le escuchaba, y a ti y a mi que estudiamos este libro hoy: viene aquel que puede resolver el problema más grande del hombre, su nombre es JESÚS. Un día Jesús volverá y toda la aflicción, pérdidas, y dolor que hayamos vivido no se comparará al gozo cuando le veamos con la certeza que nuestros pecados han sido perdonados, ¿está listo tu corazón para ese día?

¿A dónde vamos para encontrar refugio, paz y seguridad? Una buena alarma, cámaras o una buena empresa de seguridad puede ser útil para cuidar tu patrimonio, pero cuando hablamos de la eternidad ¿dónde está tu seguridad de salvación?

Juan el Bautista fue enviado para llamar a todos a preparar el camino, a enderezar el camino del Señor que conduce a sus corazones; lo que implica esta invitación es que se requiere un dolor y un lamento sincero por el pecado y una súplica pidiendo misericordia y perdón. El mensaje central del Evangelio desde los días de Juan hasta estos días no ha cambiado, es necesario que vengamos a Dios y que lo hagamos reconociendo que sólo él puede perdonarnos y salvarnos. 

No importa la situación en la que estemos este día; si tú eres hijo de Dios, el salmista nos dice que confiemos en él porque él cuida de sus hijos, él aparta para sí a su pueblo para cuidarlo, protegerlo y mostrarle su bondad. Vengamos pues con confianza, adoremos al Señor, exaltemos su nombre y que esa confianza nos haga venir a él una y otra vez con la certeza que él nos escucha y responde por la obra de Cristo en nuestra vida.

La Biblia nos enseña que fuimos creados para tener una relación con Dios, fuimos creados para adorarle. Es decir, que al reconocerlo como nuestro creador, todopoderoso y soberano, podamos confiar en su sabiduría, voluntad y cuidado para nosotros. Nuestro corazón se llena de alegría y paz al saber que él está en control de todo lo que existe y respondemos con alabanza, fidelidad, y sujeción ante sus mandatos porque reconocemos que son buenos para nosotros. ¿Cómo está la salud espiritual de tu corazón? Quizás es algo en lo que no has pensado mucho últimamente. Probablemente nunca lo hayas pensado. Tal vez, tienes en tu corazón esa necesidad de encontrar propósito y significado a tu vida ya que lo que has probado hasta ahora te ha defraudado una y otra vez. Te invito a que nos acompañes a ver lo que nos dice el Salmo 1 al respecto

Hay muchas religiones alrededor del mundo donde el hombre ha creado sus propios dioses; cuando lees y estudias estos relatos estos son dioses caprichosos, en competencia con otros dioses, frustrados, que necesitan de la veneración del hombre, su supervivencia depende de sus adeptos y la adoración de ellos, estos no parecen ser dioses fuertes. El hombre que crea estos dioses, necesita un dios a su medida, imagen y semejanza, uno al que pueda comprar y manipular con sus ofrendas y sacrificios. Juan; autor de este libro y testigo en primera persona de Jesús y su obra, nos está diciendo: En el principio ya existía Jesús, y Jesús estaba con Dios, y Jesús era Dios. Él estaba con Dios en el principio y por  medio de él fueron creadas todas las cosas. ¿Comprendes? Dios no tenía por qué crearte y darte vida, él lo hizo porque le plació hacerlo. El no nos debe nada, nosotros le debemos todo.