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Poemas Peruanos

Spanish, Poetry, 1 season, 50 episodes, 7 hours, 19 minutes
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Audios para luchar contra el tráfico, la soledad, la falta de tiempo para aprender un poema y aquel mito que cuenta que el peruano no lee. Se publican semanalmente poemas recitados en la voz del autor, en la medida de lo posible. Creative Commons (CC)
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Carlos Germán Belli explica y lee su poesía (1 hora de audio)

Uno de los poetas más importantes vivos, Carlos Germán Belli, desentraña su poesía y el proceso creativo en este audio de más de una hora. Además, lee varios de sus poemas clásicos. Uno de los poetas más importantes vivos, Carlos Germán Belli, desentraña su poesía y el proceso creativo en este audio de más de una hora. Además, lee varios de sus poemas clásicos.
8/14/20151 hour, 4 minutes, 34 seconds
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Martín Adán recita 10 de sus poemas (incluye Escrito a ciegas)

Audio grabado en 1973 junto a su fiel amigo Juan Mejía Baca. Disfruten la poesía de uno de los mejores escritores peruanos. Es el único registro en voz que existe sobre uno de los poetas que marcaron la literatura peruana, en décadas pasadas se vendía este audio en LPs que ahora son escasos de encontrar.
8/14/201553 minutes, 32 seconds
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Antonio Cisneros: 30 minutos de poesía y literatura

El poeta Toño Cisnero hace una selección de sus poemas para comentarlos y leerlos en este audio de 30 minutos. Más literatura, poemas, videos e imágenes en nuestra página de Facebook en https://www.facebook.com/CopyPasteIlustrado y también pueden buscarnos en Twitter.
8/14/201529 minutes, 59 seconds
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Jorge Eduardo Eielson lee sus mejores poemas

El poeta peruano Jorge Eduardo Eielson lee sus mejores poemas en esta recolección de poemas que hemos encontrado con mucha suerte y mucha felicidad. En este audio se encuentra Campidoglio y varios poemas de Noche oscura del cuerpo. Una belleza para los que aman la poesía
6/29/201516 minutes, 42 seconds
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Washington Delgado habla sobre su poesía y lee sus mejores poemas

El poeta peruano Washington Delgado lee sus mejores poemas y cuenta sus procesos creativos, sus diferentes poemarios y los diferentes estilos que dominó a lo largo de su vida literaria. También nos dices quiénes fueron los principales escritores que inspiraron su obra y qué poemas les dedicó a algunos de ellos.
6/23/201534 minutes, 57 seconds
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Blanca Varela entrevista completa con María Amelia Fort de Cooper

La entrevista completa a la poeta peruana Blanca Varela en la que lee sus poemas y conversa sobre sus formas de crear poesía y su necesidad de escribir a lo largo de su vida. Lima, 28 de setiembre de 1986. Más literatura en en https://www.facebook.com/CopyPasteIlustrado
6/16/201544 minutes, 41 seconds
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Julio Ramón Ribeyro, conferencia completa en 1984 en Perú

La conferencia completa del escritor peruano Julio Ramón Ribeyro en 1984 en el auditorio del Banco Continental de San Isidro. Más de una hora de pura literatura en la que el escritor cuenta cómo se inició escribiendo y qué significan la mayoría de sus cuentos y novelas.
6/10/20151 hour, 7 minutes, 19 seconds
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Llorando por mí mismo – Miguel Carrillo

Ya habíamos comentado con emoción nuestro encuentro con el libro El festín del jaguar, cien años poesía en Chincha. Así que ahora les traemos algunos poemas de esa misma colección que han sido leídos y musicalizados, todo con tal de hacerlo más atractivo al futuro lector. Esta antología ha sido realizada por el poeta Víctor Salazar Yerén y reúne poemas de escritores chinchanos de 1920 hasta la actualidad. En esta galería hemos seleccionado 9 poemas.
5/4/20151 minute, 5 seconds
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Invocación – Aurelio Chacaliaza Ávalos

Ya habíamos comentado con emoción nuestro encuentro con el libro El festín del jaguar, cien años poesía en Chincha. Así que ahora les traemos algunos poemas de esa misma colección que han sido leídos y musicalizados, todo con tal de hacerlo más atractivo al futuro lector. Esta antología ha sido realizada por el poeta Víctor Salazar Yerén y reúne poemas de escritores chinchanos de 1920 hasta la actualidad. En esta galería hemos seleccionado 9 poemas.
5/4/20152 minutes, 35 seconds
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Tierra Santa – Hugo García Castellano

Ya habíamos comentado con emoción nuestro encuentro con el libro El festín del jaguar, cien años poesía en Chincha. Así que ahora les traemos algunos poemas de esa misma colección que han sido leídos y musicalizados, todo con tal de hacerlo más atractivo al futuro lector. Esta antología ha sido realizada por el poeta Víctor Salazar Yerén y reúne poemas de escritores chinchanos de 1920 hasta la actualidad. En esta galería hemos seleccionado 9 poemas.
5/4/20152 minutes, 2 seconds
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Paradojal – Augusto Carrillo Huici

Ya habíamos comentado con emoción nuestro encuentro con el libro El festín del jaguar, cien años poesía en Chincha. Así que ahora les traemos algunos poemas de esa misma colección que han sido leídos y musicalizados, todo con tal de hacerlo más atractivo al futuro lector. Esta antología ha sido realizada por el poeta Víctor Salazar Yerén y reúne poemas de escritores chinchanos de 1920 hasta la actualidad. En esta galería hemos seleccionado 9 poemas.
5/4/20151 minute, 17 seconds
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Tierra Yunga – Adolfo Peschiera

Ya habíamos comentado con emoción nuestro encuentro con el libro El festín del jaguar, cien años poesía en Chincha. Así que ahora les traemos algunos poemas de esa misma colección que han sido leídos y musicalizados, todo con tal de hacerlo más atractivo al futuro lector. Esta antología ha sido realizada por el poeta Víctor Salazar Yerén y reúne poemas de escritores chinchanos de 1920 hasta la actualidad. En esta galería hemos seleccionado 9 poemas.
5/4/20152 minutes, 29 seconds
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Mariela Dreyfus - No quiero hablar de la muerte que ronda

No quiero hablar de la muerte que ronda no quiero oír por teléfono sus signos un ojo que se hincha o la presión que asciende. Ni pensar en mortajas ni listones de negro todos listos para la ceremonia del adiós. No quiero aún pagar en cuotas semanales el espacio propicio para un nicho. Ni colocar la rosa roja o lila en la lapa pulida del jardín.
4/6/20151 minute, 7 seconds
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Un solo de máquina de escribir - Arturo Corcuera

No alcancé a usar pluma de ganso. Fui escolar de pluma de acero y de pomo de tinta. Ave de pluma de cristal, de pluma fuente. En mi tinta azul se miraban el cielo y el mar y mi traje dominguero. (¿Quién no tiene un traje azul?) La reemplazó el bolígrafo. Creció el mundo y crecí yo. Llegué, veloz, en la locomotora, a la máquina de escribir. Me volví gallo: picoteaba las teclas con un dedo, imaginándolas granos de maíz. Remington Rand, te sabrás de memoria mis primeros poemas. Oigo hasta hoy tus conciertos de piano: Bach, Beethoven, Mozart, Chopin, Vivaldi. Tren de escritorio (Deluxe model 5) avanzando por las cuatro estaciones. Al final del siglo XX, en el misil cibernético te sacó de los carriles la posmodernidad. Están frente a mí los carretes de cinta que ya no tiñen mis manos ni mis sueños. Del salón en el ángulo oscuro yacen mi rodillo secreto, mi cigarra incomprendida, mi arpa olvidada.
3/31/20151 minute, 27 seconds
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Roger Santiváñez - Conversación con mi padre en su lecho de muerte

Ahora tal vez la muerte no sea una bella palabra. Tus ojos negros me miran, se aferran suavemente a un hilo de vida, al silencio de tus labios en el que leo mi nombre pronunciado con amor y una flecha de soledad disparada al mundo, a esta hora de la tarde en que me encuentro solo contigo y comprendo que el oxígeno, el suero, las agujas rompiendo tus dulces venas son también los días reunidos en que paseábamos bajo los algarrobos frente al Mercado Viejo, una manzana de sol dorando la belleza de tus gentes/ Piura Viento de la seis besa el corazón de Aníbal como el besó la tierra caliente, llámalo hacia la vida, recuérdale a las muchachas cuerpo – cántaro de agua fresca, dile que tú has superado todos los controles del hospital haciendo el amor a enfermeras irascibles y que ahora estás acariciando su cabello lacio aunque él no pueda darse cuenta y duerma dominado por l fiebre y la diabetes / ¿Cómo habrá pasado la noche? En este último verso del poema sé que parto al hospital y voy a reemplazar al viento.
3/2/20151 minute, 27 seconds
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Jorge Pimentel - Balada o primer poema para mi padre muerto

Poema leído durante la presentación de la nueva edición de Ave Soul de la editorial Lustra Editores. Este poema fue escrito por el poeta al enterarse de la muerte de su padre en un accidente automovilístico en Ica. Para poder escuchar más poemas visite el blog.
2/16/20157 minutes, 31 seconds
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Jorge Eduardo Eielson - Campidoglio

usted no sabe cuánto pesa un corazón solitario hay noches en que la lana oscura la lana tibia que me protege llega hasta el cielo y mientras duermo mientras respiro mientras sollozo se me derrama la leche hirviendo sobre la cara y entonces una máscara magnífica con la sonrisa del rey de espadas cubre mi llanto y todo eso no es nada todavía usted no me creerá pero luchar luchar luchar todas las noches con un tigre hasta convertirlo en una magnolia y despertarse despertarse todavía y no sentirse aún cansado y rehacer aún raya por raya el mismo tigre odiado sin olvidar los ojos los intestinos ni la respiración hedionda todo eso para mí es mucho más fácil mucho más suave créame usted que arrastrar todos los días el peso de un corazón desolado
2/5/20151 minute, 12 seconds
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Marco Martos - Roma con otros ojos

¿Por qué hablas de Roma, solo quedan cenizas? Hay oro en el Tíber y plata y belleza absoluta que está suspendida en el aire en un presente eterno del que alguna vez hablamos. Ahí está Cicerón dirigiéndose al Senado romano está Julio César con sus soldados conquistado la Galia.
1/26/20152 minutes, 3 seconds
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Carlos Germán Belli - Descripción del buen mudar

No es el buen mudar a otro punto allá sino rescatar ese o aquel trecho que la remota edad que fue en vano y colocarlo parte a parte ahora como una senda donde dar principio al fin la propia vida terrenal por el sumo deseo del alma recién renovada toda. Y es el buen mudar hacia lo pasado que nunca fue propio
1/15/20154 minutes
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Antonio Cisneros - La nieve

La bicicleta era de un verde esmeralda deslumbrante y un aro veintiseis y sin embargo allá estaba en lo más alto de la colina nevada inmóvil y vacía como una catedral. Los campos de manzanos eran solo un recuerdo debajo la nieve. La Virge y unos cuantos querubines flotaban congelados en el cielo. Mi hija Soledad condimentando ese rabú de carnes y cebollas y un viejo inglés borracho y bondadoso eran todo el invierno de Virginia.
12/22/201445 seconds
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Emilio Adolfo Westphalen - Qué será más grande

¿Qué será más grande – el mar o la palabra con que lo nombramos? Decimos el mar y surgen diversos mares – los vistos experimentados gozados sufridos – e igualmente los apenas barruntados (acaso los más exaltantes) – pequeños o descomunales – plácidos o destrozándose a sí mismos en iras irreprimibles. Vemos en cambio el mar – y es el de siempre – irreconocible y desconcertante – una fantasmagoría de la realidad – pero igual al que por primera vez se interpuso en nuestro destino.
12/2/20141 minute, 8 seconds
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Blanca Varela - Flores para el oído

En todas partes hay flores acabo de descubrirlo escuchando flores para el oído lentas silenciosas apresuradas flores para el oído caminando por la calle que un hombre rompe con un taladro sentí el horror de la primavera de tantas flores abriéndose en el aire y cerrándose de tantos ecos negros rizados pétalos arrastrándose hasta el borde del mar de tierra recién abierto sé que un día de estos acabaré en la boca de alguna flor
11/23/201433 seconds
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Jorge Pimentel - Balada para un caballo

Por estas calles camino yo y todos los que humanamente caminan por esencia me siento un completo animal, un caballo salvaje que trota por la ciudad alocadamente sudoroso que va pensando muy triste en ti muy dulce en ti, mis cascos dan contra el cemento de las calles. Troto y todo el mundo trata de cercarme, me lanzan piedras y me lanzan sogas por el cuello, sogas por las patas, me tienden toda clase de trampas, en un laberinto endemoniado donde los hombres arman expediciones para darme caza armados de perros policías y con linternas, y cuando esto sucede mis venas se hinchan y parto a la carrera a una velocidad jamás igualada por los hombres, vuelo en el viento y vuelo en el polvo. Visiones maravillosas aparecen ante mis ojos. Y vuelo y vuelo. Mis extremidades delanteras ejercen presión sobre las traseras y paralelamente y aun mismo ritmo antes de asentase en el polvo retumban en la tierra. Relincho. Y mi cuerpo va tomando una hermosísima elasticidad me crecen pelos en el pecho y es un pasto rumoroso el que se ondea y es una música y es un torbellino de presiones que avanzan y retroceden en mi vuelo. Atrás van quedando millares de kilómetros y sigo libre. Libre en estos bosques dormidos que despierto con el sonido de mis cascos. Piso la mala hierba y riego mis orines calientes, hirviendo en una como especie de arenilla. Descanso a mis anchas, bebo el agua de los ríos, muerdo hierba tallos, rumio. Mis mandíbulas se ejercitan. Muevo mi larga cola espantando a los mosquitos. Los guardacaballos vigilan desde la copa de los árboles. Caen las hojas secas. Los días se suceden y suelo dar suaves galopes hacia la vida. En invierno los senderos se hacen tortuosos; el fango todo lo invade. Para el frío utilizo cabañas abandonadas, cuevas en los cerros que me resguarden de las tormentas. Yo observo la lluvia desde mi cueva. Cae la lluvia y todo lo moja. Con este tiempo suelo galopar poco cuidándome de un desgarramiento. Muchas veces me siento solo y llego hasta los helechos de los ríos para pensar muy dulce en ti muy triste en ti y voy galopando bordeando el río añorando alguna yegua que llegó a correr en pareja conmigo. A veces los niños que vagan sueltos por las campiñas mientras sus padres realizan tareas de recolección o labranza me montan a pelo y solemos recorrer ciertas distancias, ganando los años, aumentándolos. De ellos sí recibo algún trozo de azúcar. En el verano el sol se pone rojo y se hace presente con su alegría y los habitantes de los bosques y campos suelen saludarme con el sombrero y con la mano. Yo les contesto con un relincho parándome en dos patas. Y con la luz solar que todo lo invade suelo dar galopes hacia la vida. Allí donde mi presencia es esperada me hago realidad. Allí donde ni un sueño se revela me hago realidad me hago realidad en esos ojos que están cansados de ver las mismas cosas. Y es en verano cuando la vida se enciende y mis cascos recogen la hermosura de la tarde y asciendo a las cumbres donde diviso extensiones de mar de cielo de tierra. Mi figura domina la naturaleza. Cruza por el cielo un escuadrón de tórtolas. Cae la noche. Mi sombra se recobra. Las ramas crujen. Y por un instante pensé muy triste en ti muy dulce en ti. Cae la noche en estos bosques, pareciera que la tierra se difunde con la noche se propaga se manifiesta. Y toda la noche he ido creciendo. Y crecía y crecía aún más aún más ¿hasta dónde crecerás? ¿No tienes miedo? No, contesté. Soy libre. El día, el nuevo día como algo fresco se anuncia solo. Por esta época del año suelen cruzar manadas de caballos ahuyentados y en busca de nuevos campos. Recuerdo que logré darles alcance y me contaron que lograron salvarse de una cacería emprendida contra ellos para mandarlos a vivir a un potrero y que luego de ser sometidos al cubo de agua y a la alfalfa son obligados en los hipódromos a correr distancias de 1,000, 2,500, 5,000 mts. y no eres libre de correr sino que te dopan te colocan descargas eléctricas, te manosean, te latigan con una fusta despellejándote. Y así durante un buen tiempo mientras ves acumuladas alforjas de oro y plata. Hasta que llegue el momento de ser sometido a la reproducción arrinconándote a una yegua a la vista y paciencia de todos, sin intimidad en una mañana de tinieblas y poca luz y luego te separarán de tu yegua y potranco y pasarás tus años inmisericorde como padrillo viejo y cuando manques te dispararán un balazo en la sien. Ya había galopado un buen trecho con la manada que huía despavorida y me dijeron que probablemente para el invierno pasarían por aquí para ir más al norte. Y se alejaron a la carrera. Yo sabía lo que le sucede a un caballo en la ciudad. Y por ello me mantengo alejado de ella. Pero a veces me interno y sucede lo que tiene que suceder. Pero si yo me rebelo y persisto y amo terriblemente mis posibilidades de realizarme en un medio donde la civilización se mata y permanecen odios, prefijo ser caballo. Mojaré la tierra con mis orines calientes hirviendo con estas ganas inmensas de vivir y me uniré a las manadas para galopar hacia la vida, para mantenernos unidos y vencer, para no estar solos, para volvernos verdes-azules-amarillos anaranjados-rojos y trotar hacia el nuevo aire fresco y el campo sin límites. Seré libre así y al menos mis guardacaballos cuidarán de mí y de mi yegua y de mi potranco.
10/27/20148 minutes, 17 seconds
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Retablo - Marco Martos

En un tiempo viví en Ayacucho, rincón de muertos que lo llaman. Salí de allí, por azar, en 1970, diez años antes del comienzo de la hecatombe. Vi la miseria con mis propios ojos en el Parque Sucre, San Juan Bautista. Acuchimay, en el mercado, y penetrando por las rendijas a las mismas casas de los ricos, mendigando. Algunos de mis conocidos de esos años están muertos o en prisión o andan por el mundo como kamikazes locos matando y dejándose matar por los soldados. No hablo de los jefes. De ellos no hablo. Conocí a un niño que murió en la isla El Frontón en 1986, siendo hombre, con trescientos de los suyos, asesinado. Tuve un amigo periodista que fue a Ayacucho en 1983 en misión de servicio y junto con siete compañeros, en Uchuracay, murió asesinado. Pero los hombres de la costa cuando mueren tienen un nombre, una lápida, recuerdos, flores; los campesinos cuando mueren son números asesinados. Pienso también en los soldados que los llevan desde tan lejos (Saposoa, Iquitos, Tumbes) hasta Ayacucho a morir baleando. No me hables de la música de Huamanga, ni de la tersa piel de sus mujeres, ni del cielo lapislázuli. Ayacucho es la sombra de la muerte, una escalera interminable de cadáveres, la muerte misma trepando hasta mi corazón que vive todo el tiempo agonizando.
10/15/20142 minutes, 17 seconds
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Washington Delgado - Tibios azogues goteaban sobre el alba

Tibios azogues goteaban sobre el alba mientras yo te negaba. Mientyras yo te negaba equivocandosueños, iluminando muerte caía de tus párpados. No te ví. No te vieron mis ojos? del amor que perdías. Que espejos construídos bajo la noche estricta han velado tus gestos de papel y de pluma, que noche construída paralela a mis ojos te cubre de cenizas. No hay nada sino un árbol y su sombra encendida. No hay nada sino un río encadenado al sueño. Hoy de pronto la herencia de ese país secreto que en tus ojos yacía y que tarde conozco. Tarde conozco todo lo que huía contigo.
9/29/20146 minutes
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Carlos Germán Belli habla sobre su poesía y lee Asir la forma que se va

Hay quienes creen en la Divinidad, únicamente acosados por el pavor ante la posible nada. Igualmente hay quienes adoran la forma artística ante el temor de que termine por desintegrarse para siempre. Pero en este caso la angustia no es la única causa, sino que a la vez hay una tácita devoción, tan antigua como los propios objetos estéticos. Es la fe en la forma, no por el riesgo del vacío, sino por el puro placer de disfrutarla. Igualmente como cuando se adora a la Divinidad por sí misma, y aun si no existiera. En realidad, ni espuria ni imputable a barrocos o parnasianos decadentes. No hay que avergonzarse de ella. No hay que reducirla a la postración. Obrar así no es otra cosa que renegar de nuestro continente. Porque los cuerpos en que moramos también poseen un contorno, también una estructura donde se encuentran en perfecto orden y concierto los secretos órganos vitales. Aferrémonos a ella, como nos aferramos a nuestra forma corporal, ante el embate del tiempo, ante la aproximación de la ineludible muerte.
9/16/20144 minutes, 24 seconds
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Antonio Cisneros - El monje loco

Es hora de la luz ese foco de 25 vatios una pantalla de vidrio azul lañil y flegos amarillos separa al comedor de los arbustos y roquedales que anuncian el desierto. Es una luz de mala calidad por lo que el gran frutero repleto de naranjas es con las justas una gallina muerta. Los comensales en torno de la mesa devoran las costillas de cordero oscuros, silenciosos, como una mancha de aceite en la pared. Es la última cena. En esta habitación tan mal iluminada es imposible distinguir al divino Jesús. Aunque si dejamos de lado al comedor o cenáculo y nos hundimos con las rodillas negras en medio del desierto, podemos encontrar un corral de cangrejos en la arena mojada, un pomo con avispas y a las 6:50, hora del vidrio azul añil y flecos amarillos, la voz del monje loco, auspiciada por los jabones lux la ronca carcajada alalau, más fiera que las ropas de lana remojadas pegadas contra el cuerpo igual que un alarido en el fondo del mar.
8/25/20141 minute, 33 seconds
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Roger Santiváñez - Escrito en la oficina

Para escribir un poema sentado en la oficina. -Qué hacer revisando archivos, fichas, soledades de papel membretado y pelikanol? "Sí, Buenos Días" "De parte de quién?" Canción que fue a perderse por los hilos telefónicos, aullido de un perro en la vecindad. Esto es para llorar y no hay ningún consuelo entre papeles quemados en mi memoria y tableteo de metralletas en las zonas liberadas La canción queda varada por las innombradas calles, por las innombradas y silenciosas avenidas iluminadas amplias autopistas en la noche neón y mercurio sombras de neblina rocío de los cuerpos en el frío y la aproximación de la madrugada. Oh qué hacer los buses cansados se pierden en la distancia y no hay nada que se parezca a la vida ni a la muerte nada que merezca ser recordado ni escrito ni cantado entonces qué canto aquí en mi canto sino el vacío de las páginas en blanco los próximos poemas un juego inútil sensitivo para tocar como el viento urbano la falda de las muchachas y ya no habrá manera de recordar un amor de estampar el silencio en la mañana de Junio diosa de la belleza de los deseos y las apariencias inesperadas el tableteo de las máquinas calculadoras obsede mi suave esparcimiento solitario el olor a tinta fresca en la pituitaria me recuerda mi nombre mi oficio mi silencio de fiera repentina pero quien será qué será en estos días cuello de botella La ciudad es una concha gigantesca la bahía un mar que la golpea sin misericordia ni crueldad y yo la veo caminar bajo los árboles hacia la cita con su amante compacto el frío en las casacas ajustadas pero qué sola se ve una flor en su maceta entre 2 muros y el parquet (de nada para nadie en el hueco del amor) la flor se tiende sobre mí y acaricia la sombra de la luz en las baldosas y se deja remecer por el aire tibio que acaso llega desde dónde no sé sino que al salir me esperan las amplias avenidas silenciosas con semáforos y soledades de asiento roto en micro—bús al trote de un caballo la ciudad se extiende como una peste o una maldición y los relojes se acercan a las 12 m. al viento muerto que respiro como cáncer de monóxido
8/20/20143 minutes, 51 seconds
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Jorge Pimentel - Ballestas II

sos ojos en algún lugar los he visto. Esos ojos recuerdan la noche en que súbitamente aparecieron destemplados tristes persistiendo en abatir a mis ojos. Pero esos ojos persisten y se confunden con los míos en un ritual cómplice se buscan afanosamente, quieren alcanzarse pero el esfuerzo no lo es todo, falta algo. Quizá todo esto no baste y se necesiten nuevos ritos para que mis ojos y los tuyos logren asirse cada vez más y más. Esos ojos ahora se alejan, retroceden. Pruebo otra vez por acercarme, recorro su misma oscuridad, pero es inútil. Si puedo ir y volver de la oscuridad y luego ascender hacia la luz por qué tus ojos no penetran al fresco y se tornan cristalinos o es que he de dejarlos en su rumbo hacia las sombras moradas y el fuego termine por consumirlos. Y mis ojos cómo sobreviven. Mis ojos que navegaron durante buen tiempo entre tinieblas hasta conectarse con el alba, o la posibilidad de salvación está en uno, en sus esfuerzos por sobreponerse a la hecatombe. Si uno es aquella posibilidad te imploro, hombre, mujer, niño, joven, que venzas tu noche más oscura, porque aquí se te necesita y te necesitan otros que como tú ascendieron hacia la luz en plena noche.
8/12/20142 minutes, 32 seconds
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Rodolfo Hinostroza - Nudo borromeo

Y ahora remontas rue Vavin subiendo a Montparnasse Hay un río que duerme otro que murmura Aquí Clayton hablaba de Loutine Los dorados temblores de Diana en el patio interior El cuerpo multiplicado en millares de copias Y un presagio de tormenta en la escalera Menos grave que en los años siguientes Y ahora todo resbala hacia Lo Real Había sido algo menos que una presencia Definida con tenacidad Al alba con las últimas luces de la fiesta La materia de los dioses extraviada en un recuento precipitado De tantos viajes tantos libros tantas mujeres La sombra helada de un libro que te acecha Mientras haces el amor en el bisel del espejo Las claves sumergidas en un catálogo de signos Te requiere por una vibración de encajes y deseos Como el vaho sobre el cristal del automóvil Londres un taxi palpitante a la puerta Una confidencia cubierta por el timbre del teléfono Forma insuficientemente percibida A través de las celosías de la casa Lo gris duerme su rapacidad vela Modo infinito en infinita parodia Y ahora tratas de recordar un acto significativo Que te hubiera matado Para que hacia él converjan las líneas del poema O el pavor de un sueño Donde olvidas tus huellas en las cosas Como si al crepúsculo tornaras la cabeza Viendo unas rayas difusas en la perspectiva Así cuando declina el viento de la noche Hay tal vez una playa con casetas de vidrio Y estudias el mecanismo de las olas Sobre la barrera que planta tu memoria Un dólar de plata por saberlo El sentido de la experiencia debe encontrarse allí Y yo debo entonces perseverar en el poema El Otro que yo he sido el Otro que estoy siendo Me debe ser designado en el poema En una de sus líneas (tal vez en ésta misma) El insolente sol trepa al solsticio Y se me hace saber que mi sombra se gasta Y una imagen recurre (la de Marianne) Como si el erotismo fuera capaz de definirme Como si buscase definición Deslizándome hacia el centro del poema Donde hay silencio y quietas placas de hielo Calles que no llevan nombre Miedo de tocarlo y no tocarlo y atravesarlo sin tocarlo Como una sombra de palabras Y hay líneas que se encurvan sobre el horizonte Otras sobre el crepúsculo Y acodado en las estepas mayores Buscas la conjunción de los sentidos En una sola epifanía La memoria como un espejo parabólico Descoyuntado por infinitos puntos de fuga Que recompone ahora una imagen de mujer De actos presenciados en Mallorca O en un pueblo belga que se llama Malone Cuyo sentido (si alguno existe) resistiría a la enumeración De imágenes dispersas De una noche en busca de rue Giordano Bruno Al fondo del distrito XIV y bajo la nieve O la de un lépero cagando sobre un puente en Comayagüela O de una noche caliente y desolada en Managua Un Luna-Park en trozos O caminando contra el viento a la entrada de Cerbère Buscando un maldito camión Y todavía Atravesando un campo de lavanda en el Luberón Con un vuelo de cuervos en el cielo cubiero Fascinado por la estupidez (Lo Real) Y el amor que no sobrevive a Lo Real Y poesía calla Puedes trepar a un bus hacer le tour du monde Hasta que tus desgracias se consuman Y te llenes los ojos de países Inexplicables como las mujeres Sombras frutas rmolinos Conversaciones a orillas de un catre Viajando hacia Entropía con un bolso de lona Borracho (y agresivo) cada día Dónde quedó el lugar de la emoción largamente buscado La voz (era una voz?) en los farallones de La Herradura Sucio cobalto mar Los versos aullados al viento O la vigilia sobresaltada en un hotel de Ibiza Y todo suspendido a esa enorme extrañeza De estar aquí haciendo precisamente eso Quizá en suma La larga perplejidad Que incita al mundo a ser lo que es Nunca lejos ni cerca Nunca Real Y el viento que se caga en la noticia Segando los sonidos De pura insensatez has preferido una vida brillante (Brillante’) Peloteando entre psiconalistas vagos guerrilleros Artistas espléndidas mujeres pilares de bistró Lectores de novelas policiales Cambiando dos por una Marché d´Aligre Dos Francis Rick contra un buen Ambler Cuatro Carter Brown contra dos Stara Una docena de Chase (siempre es lo mismo) contra Lady in the Lake O Red Harvest o La Reine des Pommes o Wincherly Woman La escena de las fresas la escena del pico de hielo El torpe asesinato del marido Y las manchas de sangre dulzona sobre el piso encerado Un laberinto de enaguas y de manos Cáchame cáchame No tendremos mañana Porque mañana no existe para nadie Tú eres Tú porque yo lo he querido Y El Mundo (El Arcano XXI) te pertenece No es sino un modo de pasar por El Diablo (VIII) Errando entre las sillas al alba de la fiesta Inmerso en una hecatombe de palabras Un espejo te entrega lo idéntico y lo otro Una puerta una noche Si soy el que deseas y deseas a otro Soy Otro Y cuando te deseo no deseo ser otro Librado a la madera de los sueños No tendremos mañana Como quien asume una pasión inconsecuente Con la seguridad de ver borrarse los fantasmas A la llegada del alba Tú y Yo Aturdidos huyendo por las alcantarillas A La Paz (Baja California) o a Formentera Cris el Sevillano en dos días dio la vuelta a la Isla Jean-Marie se colgó en el fondo de un pozo Frank cogió a martillazos a dos guardias civiles Mi Reina Armada destruyendo los rangos de peones Un triángulo de luz polvorienta en cada mano Del 1 al 0 al 1 Y ahora Mi Reina es presa de la angustia En un túnel como una tripa viva Que se abre sobre una playa donde un hombre desnudo medita El Amor y La Paz California Dreani´ Un sueño en jeans T-shirts Playas tornasoladas de soles anaranjados (Wesselmann) La sombra de viejos automóviles traqueteando Hacia un presente perpetuo Une Ile entre le Ciel et l´Eau O un lago azul e inmenso El ágape que cura las heridas Y el perezoso sol calentando mi cuerpo que no tiene Orgullo ni deseo Un paquete de vidas reventadas por presencia de Lo Eterno El Big-Bang repercute sus últimos ecos Y la gente deriva hacia todos los suburbios del planeta Vagando meditando gozando predicando Rompiendo el delicado equilibrio entre Idea y Deseo Un último sobresalto de Occidente Antes del encadenamiento de las guerras Las heladas estrellas se agrupan del lado de La Osa Ella ha desaparecido (Quién es Ella dónde está Ella) No confundas tu soledad y la suya Cuando tires las tres monedas por seis veces SUNG Esta línea muestra al sujeto vacilante frente a la disputa Vuélvela estudio de los dictados celestes Abate sus deseos agresivos Reposa en la firmeza y corrección Habrá buena fortuna Abate tus deseos abátelos te digo Así podrás acceder a la contemplación Y el mundo rodará sin ti Por una vez Y verás gotear las estaciones En un cielo Ile-de-France Tendido en un camastro fascinado Por una constelación de manchas de humedad Las nubes dibujan carneros castillos Una majada de fantasmas desciende el Huascarán Trisca en torno de un ojo de agua Pisoteando el diván del analista Repita eso (Eso?) La memoria se posa sobre un campo de trigo Y los caballos trotan en torno de la era Encerrados en un domo dorado Tu padre bebe chicha de jora Y tú aloja fresca Y más tarde la luna rondará la Casa-Hacienda Polvo de leche luz Tus sábanas se prolongan en nevados Repita eso El poema graffiti sobre un largo monólogo El tema del baúl el tema del poeta atormentado Por la Sombra del Padre Un calembour dudoso colgado de la manga (Nunca tocará fondo porque es forma) La hora de las visiones ha pasado Quién sabe lo que sabe quien no sabe Hay una teoría de círculos concéntricos Puesta para evitar un encuentro frontal Que ya tuvo lugar Que apareció como un azahar en el verano Calmando mis sentidos crispados en la espera En el sous-bois las armas Esparciendo un sonido metálico en el aire transparente Lustros Y a la mañana siguiente un trapecio de niebla Sube al Medio del Cielo El halcón malherido voltijea sobre el techo del mundo Suspendido del verbo Que se balancea como un fruto Demorando en caer Y te consumes fuera de la palabra Que tal vez se alimenta a sí misma En inflorescencia perpetua Y así entorpeces la demostración Empantanado en una noche sin fin O detenido en un mediodía perfecto Un bocado de viento en las colinas Una ventana abierta en la plaza del pueblo Que designa un imposible deseo Y el tiempo el viento amargo Huye entre tu camisa Como un recuerdo agudo y olvidado Así un día en el embarcadero de Santiago Atitlán O cierta ven en Uxmal Indescifrable tu memoria en ruinas Fuera de tema borracho como un Lord Contiguo a una galaxia burlona y superior Más ebria que la noche bamboleante Ceñida a tu cintura hincándote las uñas Mientras circulan retazos de ciudades Ramalazos de luces en el puerto El esplendor vacante de tu cuerpo Animal expulsado de la música Más acá del Edén donde no hay luz ni noche Sino incredulidad de cada gesto Como quien sobrevive sin saberlo Y hay un valle que cierra el horizonte Un río que la brisa acerca Y una mujer desnuda en la terraza Tomando sol Nada es real salvo Lo Real Desdeñoso irascible parpadeante y sumiso Eternamente anclado Plantado frente al río que murmura Que tu vida se despliega y se agota En la incesante perfección de su diferencia A causa de Entropía Obedecida y pronto contradicha Por una dimensión confusa y vegetal Y el azar te convoca para jugar un rol figurante En el chalet de abajo Y en un delirio de provisiones y de ropa limpia Olorosa a lavanda Viajas en tus palabras Y tus palabras viajan.
8/4/201414 minutes, 21 seconds
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Antonio Cisneros - Memorias de Punta Negra

Después de medio siglo, regresan esas playas amarillas de grandes remolinos y tumbos transparentes.Ahora puedo ver el rostro de la Virgen (Estrella Vespertina, Ancla de Salvación) entre los cables de la electricidad. Una casita, a medio construir, bendita con botellas de cerveza y el sacrificio de algún modesto buey. Ahora puedo ver las aves migratorias que vuelven a las torres del mercado medio siglo después. La bomba de agua. Un inmenso camión de coca-cola y los acantilados creciendo entre las ratas y las veredas Puedo ver muchas cosas, es verdad. Pero tan sólo los grandes revolcones en la arena, con mi primer amor, ocupan el paisaje tembloroso. Dos cuerpos de alabastro, pegajosos como una lagartija, repletos de mugidos. Igual que la rompiente en la neblina.
6/30/20141 minute, 11 seconds
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Martín Adán - Ottava Ripresa

- No eres la teoría, que tu espina Hincó muy hondo; ni eres de probanza De la rosa a la Rosa, que tu lanza Abrió camino así que descamina - Eres la Rosa misma, sibilina Maestra que dificulta la esperanza De la rosa perfecta, que no alcanza A aprender de la rosa que alucina. - ¡Rosa de rosa, idéntica y sensible, A tu ejemplo, profano y mudadero, El Poeta hace la rosa que es terrible! - ¡Que eres la rosa eterna que en tu rama Rapta al que, prevenido prisionero, Roza la rosa del amor que no ama!
6/16/20141 minute, 9 seconds
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La tortilla - Carlos Germán Belli

Si luego de tanto escoger un huevo, y con él freír la rica tortilla sazonada bien con sal y pimienta, y del alma y cuerpo los profundos óleos, para que por fin el garguero cruce y sea ya el sumo bolo alimenticio albergado nunca en humano vientre; ¡qué jeringa! si aquella tortilla segundos no más de ser comida antes, repentinamente una vuelta sufra en la gran sartén del azar del día, cual si un invisible tenedor filoso le pinche y le coja su faz recién frita, el envés poniendo así boca arriba, no de blancas claras ni de yemas áureas, mas un emplasto sí de mortal cicuta.
5/19/20141 minute, 24 seconds
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Blanca Varela - Monsieur Monod no sabe cantar

Audio obtenido gracias a la http://www.lamajadesnuda.com/ Blanca Varela - Monsieur Monod no sabe cantar querido mío te recuerdo como la mejor canción esa apoteosis de gallos y estrellas que ya no eres que ya no soy que ya no seremos y sin embargo muy bien sabemos ambos que hablo por la boca pintada del silencio con agonía de mosca al final del verano y por todas las puertas mal cerradas conjurando o llamando ese viento alevoso de la memoria ese disco rayado antes de usarse teñido según el humor del tiempo y sus viejas enfermedades o de rojo o de negro como un rey en desgracia frente al espejo el día de la víspera y mañana y pasado y siempre noche que te precipitas (así debe decir la canción) cargada de presagios perra insaciable ( un peu fort) madre espléndida (plus doux) paridora y descalza siempre para no ser oída por el necio que en ti cree para mejor aplastar el corazón del desvelado que se atreve a oír el arrastrado paso de la vida a la muerte un cuesco de zancudo un torrente de plumas una tempestad en un vaso de vino un tango el orden altera el producto error del maquinista podrida técnica seguir viviendo tu historia al revés como en el cine un sueño grueso y misterioso que se adelgaza the end is the beginning una lucecita vacilante como la esperanza color clara de huevo con olor a pescado y mala leche oscura boca de lobo que te lleva de Cluny al Parque Salazar tapiz rodante tan veloz y tan negro que ya no sabes si eres o te haces el vivo o el muerto y sí una flor de hierro como un último bocado torcido y sucio y lento para mejor devorarte querido mío adoro todo lo que no es mío tú por ejemplo con tu piel de asno sobre el alma y esas alas de cera que te regalé y que jamás te atreviste a usar no sabes cómo me arrepiento de mis virtudes ya no sé qué hacer con mi colección de ganzúas y mentiras con mi indecencia de niño que debe terminar este cuento ahora ya es tarde porque el recuerdo como las canciones la peor la que quieras la única no resiste otra página en blanco y no tiene sentido que yo esté aquí destruyendo lo que no existe querido mío a pesar de eso todo sigue igual el cosquilleo filosófico después de la ducha el café frío el cigarrillo amargo el Cieno Verde en el Montecarlo sigue apta para todos la vida perdurable intacta la estupidez de las nubes intacta la obscenidad de los geranios intacta la vergüenza del ajo los gorrioncitos cagándose divinamente en pleno cielo de abril Mandrake criando conejos en algún círculo del infierno y siempre la patita de cangrejo atrapada en la trampa del ser o del no ser o de no quiero esto sino lo otro tú sabes esas cosas que nos suceden y que deben olvidarse para que existan verbigracia la mano con alas y sin mano la historia del canguro -aquella de la bolsa o la vida- o la del capitán encerrado en la botella para siempre vacía y el vientre vacío pero con alas y sin vientre tú sabes la pasión la obsesión la poesía la prosa el sexo el éxito o viceversa el vacío congénito el huevecillo moteado entre millones y millones de huevecillos moteados tú y yo you and me toi et moi tea for two en la inmensidad del silencio en el mar intemporal en el horizonte de la historia porque ácido ribonucleico somos pero ácido ribonucleico enamorado siempre
4/29/20144 minutes, 23 seconds
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Emilio Adolfo Westphalen - El mar en la ciudad

¿Es éste el mar que se arrastra por los campos, Que rodea los muros y las torres, Que levanta manos como olas Para avistar de lejos su presa o su diosa? ¿Es éste el mar que tímida, amorosamente Se pierde por callejas y plazuchas, Que invade jardines y lame pies Y labios de estatuas rotas, caídas? No se oye otro rumor que el borboteo Del agua deslizándose por sótanos Y alcantarillas, llevando levemente En peso hojas, pétalos, insectos. ¿Qué busca el mar en la ciudad desierta, Abandonada aun por gatos y perros, Acalladas todas sus fuentes, Mudos los tenues campanarios? La ronda inagotable prosigue, El mar enarca el lomo y repite Su canción, emisario de la vida Devorando todo lo muerto y putrefacto. El mar, el tierno mar, el mar de los orígenes, Recomienza el trabajo viejo: Limpiar los estragos del mundo, Cubrirlo todo con una rosa dura y viva.
4/21/20142 minutes, 5 seconds
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Blanca Varela - La muerte se escribe sola

la muerte se escribe sola una raya negra es una raya blanca el sol es un agujero en el cielo la plenitud del ojo fatigado cabrío aprender a ver en el doblez entresaca espulga trilla estrella casa alga madre madera mar se escriben solos en el hollín de la almohada trozo de pan en el zaguán abre la puerta baja la escalera el corazón se deshoja la pobre niña sigue encerrada en la torre de granizo el oro el violeta el azul enrejados no se borran no se borran no se borran
4/7/201453 seconds
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Antonio Cisneros - El viaje de Alejandra

El viaje de Alejandra Me veo (veo a mi padre Alfonso) sentado como un sapo sesentn al borde de la cama. El mar se bambolea y arrastra entre sus tumbos los ropajes brillantes de las v?rgenes locas y un lomo de ballena congelado. Alg?n avin retumba, en medio de la noche, como un temblor de tierra. Yo no s? qu? hora es. Slo s? que mi hija menor parti en la madrugada. Iba serena, con su mochila al hombro, y aunque acaba de cumplir los 23, parece un coat? adolescente. C?brela con tu manto, Madre m?a. Yo te la recomiendo. Es una joven bella y de buenas costumbres. No la pierdas de vista. Aunque los aires est?n endemoniados, como este cielo fiero al borde de mi cama. Es f?cil distinguirla. Tiene el pelo amarillo y no es muy alta. Por lo dem?s, camina con suma dignidad. Ahora ya no s? cu?ntos inviernos pasar?n para que vuelva a casa. Apach?rrala, Madre milagrosa. Que sean sus jornadas amables y propicias. Que los carabineros y guardias de frontera le sean bondadosos.
3/24/20141 minute, 45 seconds
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César Calvo - Luna del Desamparo

Luna del Desamparo, Poseída sobre las piedras en la madrugada, Mientras los automovìles, las suaves palabras cautelosas, El infinito peso de las máscaras. Eres también aquel instante, El tiempo que te niegas, Tus cabellos quemados en la hierba, Mi cuerpo sobre el tuyo, Tus esposos, Y el poema de Stevens como un biombo,de celofan, Tu casa, una guitarra. De tumbo en tumbo donde terminaré esta noche, En que muchacha, insome y sudoroso, Recordandote he de escuchar el alba, En tanto tu vuelas a tus compromisos, Te acuestas en la arena, pasa el tiempo, Te desplomas con alguien que ya ha muerto, Y te moja y despeina, Mientras habla también de vivir juntos, De exterminarse juntos. Ah... si una de estas noches regresaras Tropezando en el humo de los valses primeros, Sin hijos, sin afeites, Blanca, sola, Y yo, tras de tu puerta, tras de todas las puertas de la tierra, Como un zarpazo te tumbara sobre la alfombra de Persia Para siempre...Mi Señora.
3/17/20141 minute, 45 seconds
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Carlos Germán Bello - Oh hada cibernética

Oh Hada Cibernética Cuándo harás que los huesos de mis manos se muevan alegremente para escribir al fin lo que yo desee a la hora que me venga en gana y los encajes de mis órganos secretos tengan facciones sosegadas en las últimas horas del día mientras la sangre circule como un bálsamo a lo largo de mi cuerpo.
3/10/201430 seconds
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Arturo Corcuera - Me distraigo asustando a los fantasmas.

Me distraigo asustando a los fantasmas. Yo mismo seré un fantasma errante si acaso no lo soy ya. ¿Existo realmente? ¿Sueño que existo? ¿existo? ¿Y si existe este nada más que sueño? Quizás yo apenas sea el despertar de un sueño que para siempre de los jamases se quedó dormido. Materia de estrella, humus de un leño apagado. Anima solitaria deambulando en la tierra. Si la vida es sueño, sueño y no es ningún sueño que se me va la vida. ¿Muero para volver a soñar?. ¿Morir es despertar? ¿Es otra vez nacer o es acabar? ¿Qué nada fui antes de que naciera? ¿Qué vacío habitaba? ¿En la nada tenía rostro? ¿Volveré a tener rostro, el que tuve, en la nada?
3/3/20141 minute, 28 seconds
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José Watanabe - Responso ante el cadáver de mi madre

A este cadáver le falta alegría. Qué culpa tan inmensa cuando a un cadáver le falta alegría. Uno quiere traerle algo radiante o gustoso (yo recuerdo su felicidad de anciana comiendo un bife tierno), pero Dora aún no regresa del mercado. A este cadáver le falta alegría, ¿alguna alegría aún puede entrar en su alma que está tendida sobre sus órganos de polvo? Qué inútiles somos ante un cadáver que se va tan desolado. Ya no podemos enmendar nada. ¿Alguien guarda todavía esas diminutas manzanas de pobre que ella confitaba y en sus manos obsequiosas parecían venidas de un árbol espléndido? Ya se está yendo con su anillo de viuda. Ya se está yendo, y no le prometas nada: le provocarás una frase sarcástica y lapidaria que, como siempre, te dejará hecho un idiota. Ya se está yendo con su costumbre de ir bailando por el camino para mecer al hijo que llevaba a la espalda. Once hijos, Señora Coneja, y ninguno sabe qué diablos hacer para que su cadáver tenga alegría.
2/27/20141 minute, 53 seconds
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Washington Delgado - Un caballo en casa

Guardo un caballo en mi casa. De día patea el suelo junto a la cocina; De noche duerme al pie de mi cama. Con su boñiga y sus relinchos hace incómoda la vida en una casa pequeña. ¿Pero qué otra cosa puedo hacer mientras camino hacia la muerte en un mundo al borde del abismo? ¿Qué otra cosa sino guardar este caballo como pálida sombra de los prados abiertos bajo el aire libre? En la ciudad muerta y anónima, entre los muertos sin nombre, yo camino como un muerto más. Las gentes me miran o no me miran, tropiezan conmigo y se disculpan o me maldicen y no saben que guardo un caballo en mi casa. En la noche, acaricio sus crines y le doy un trozo de azúcar, como en las películas. Él me mira blandamente, unas lágrimas parecen a punto de caer de sus ojos redondos. Es el humo de la cocina o tal vez le desespera vivir en un patio de veinte metros cuadrados o dormir en una alcoba con piso de madera. A veces pienso que deberia dejarlo irse libremente en busca de su propia muerte. ¿Y los prados lejanos sin los cuales yo no podría vivir? Guardo un caballo en mi casa desesperadamente encadenado a mi sueño de libertad.
2/17/20142 minutes, 16 seconds
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Alejandro Romualdo - La infancia

La infancia nos llena la cabeza de luciérnagas, De polvo las rodillas y los ojos nos cubre Dulcemente. La infancia nos llena las manos De globos y limosnas; la boca de pitos y azucenas Y nos cobre las espaldas con sus plumas de cigüeña. En la infancia son monarcas los ratones y los dientes. ¡Oh la infancia, la hora blanca del reloj, El tierno silabario, el bonete de los ángeles y el duende! Uno se siente nuevo, herido por un corcho, Muerto heroicamente sobre un caballo de madera: Amo mi infancia, mi corazón en pantalones cortos.
2/9/201451 seconds
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Martín Adán - Diario de poeta

Tú adelante vas, con paso vivoY la muerte que te sigue adondequiera,Tú fatal como el agua de derivo,Al almo mundo que es la luz entera...Sin estricto ciprés ni desbordadaRosa ni sombra alguna la quimera.Túadelante vas, ¡ay!, porque en cadaForma late el Origen y a tu obscuraNoche echó su chispa ya alborada...Tu breve vida, que dura, que dura...La agonía que te ahoga y resuella,Que es vivaz muerte que tu paso apura...Astro siniestro tu creciente estrella,De tu hoy la inacabable madrugada,Donde, tú cegato, buscas la huellaHumanal de algún dios... y no ves nada.¿A aquel cielo que quepa tu respiroO al tesoro de en la ínsula extraña?...¡Ay!, tú siempre con vuelo del vampiroY con avidez de la musaraña...¡A eternidad de eviterno, Poeta,Tiempo tuyo que sea casa tuya,Casa capaz!... ¿ninguna la perfeta?Y vagas tú por entre duro y bullaDe la ciudad que en ti alcanzó su asiento,Llevado tú por una voz no cuya.Vas y vives así vivir, ya lento,Ya raudo,ya en burdel, ya en oficina,Como can que procura su alimento.Y todo, voluntad, asaz, divina...Real al ver... muro en la morada...Cruel el cisne... bajo la rosa, espina...Y a todo ya la mente desatada,La que rebusca en pos de aquel su tacto...La bestia pronta que no sabe nada,Que nada sabe sino por el acto...Y luz de madrugada cenicienta...De rescoldo lívido, desmedido,La Muerte, que te impide y que te tientaComo lo haría cactus florecido...¿En dura concreción de luz primeraFlor increíble, encima y en abismo, Esplenderá, Cactus, tu primavera,Tu ser por alegría, tú yo mismo.¿Yo, vivo eterno ya cuando yo muera?...Y en fango de constante madrugada,Tu verso brota, súbito y fungoso...Tu propio amanecer que bulle en cadaReal creándote lo realpasmoso...Sombra ardiendo, tenaz... ese murmullo...Ese alarido... eso oído en vano.Diáfano y trágico, ese verso tuyo...Un lirio de agua intruso en tu pantano...Alba y penumbra que se expande... subeQuizás... pero tú pintas en tu muro,A fuego y conespátula, tu nube...Esa nube feliz del verso puro,Nave del rayo que por él se irisa...¿Vivir ya tu peligro... tu seguro...Tú, Poeta, volando con la driza?¡Ay, acá cada forma es con un nombre,Y es cada nombre simple y como exento;Acá, Poeta, donde cabe el hombreComún con su cuadrado pensamiento!Y así, al azar de poesía inquieta,Descuidado de real y de sujeto,Vas inventando el Mundo tú, Poeta,Libre él ya de confín y de secreto.Y vuela ya tu voz a voz no oída,Tu invocación de en plática desierta:A muerte que te falta y que es tu vida: — «Tú, Muerte, tú mi vida, tú mi puerta...»Ciego, buscas a Amor amando a tientas,Y te quedas allí donde te evadesDe ti mismo: tú siempre representasLo trágico de todas las mitades.Y tú repites tu torpe, tu vanoBatir de tiburón en albufera...Perfecto el tiburón... el deshumano...Breve la mente... larga la carrera...No otra el alma que el cuerpo sin desgano.Y esa tu actualidad, que desparece...Y esa gana de eterno y desmedidoQue crece en ti como la uña crece,Afuera del recuerdo y del olvido...Y el mundo real y su imaginería,Ese hueso real que tu alma encierra...Sí, tú vas adelante todavía
2/3/20147 minutes, 35 seconds
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Emilio Adolfo Westphalen - César Moro

Por un campo de miga de pan se alarga desmesuradamente una manecilla de reloj Alternativamente se iluminan o se apagan en ella unos ojos de cangrejo Al contraluz emerge una humareda de pestañas caladas Y dispuestas como una torre que simulara una mujer al desvestirse Otros animales más familiares como el hipopótamo o el elefante Hallan su camino entre el hueso y la carne Una red de ojos de medusa impide el tránsito Por el arenal que se extiende como una mano abandonada A cada paso una bola de marfil dice si el aire es verde o negro Si los ojos pesan iguales en una balanza cruzada de cabellos Y encerrada en un acuario instalado en lo alto de una montaña Rebalsando a veces y arrojando a veces como una catapulta Cadáveres rosados o negros o verdes de niños a los ocho extremos Cadáveres pintados según las cebras o los leopardos Y que al caer se abren tan hermosamente como una caja de basura Extendida en medio de un patio de mármol rosado Atrae a los alacranes y a las serpientes de aire Que zumban como un molino dedicado al amor Aparte un hombre de metal llora de cara a una pared Visible únicamente al estallar cada lágrima.
1/27/20143 minutes, 4 seconds
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Julio Ramón Ribeyro habla sobre Gallinazos sin plumas

El escritor peruano comenta cómo escribió el primer conjunto de cuentos que le logró gran fama en nuestro país. Su idea era dar a Lima un libro que la identificara como ciudad y así nació este pequeño libro.
1/13/20144 minutes, 43 seconds
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El sueño del pongo - José María Arguedas

El propio Arguedas lee su cuento El sueño del pongo en la versión castellano. Este cuento nació en base a una historia que le contaron unos campesinos en uno de los tantos viajes a los que estaba acostumbrado en su labor de etnógrafo.
12/6/201310 minutes, 6 seconds
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Domingo de Ramos - Chacalón

Porque eres a través del día una ruma suavemente adormecida Como una canción de Paul Anka como una freak inútil Como accionar que tu corazón se mueva homosexualmente A través de una anticipación que lo anula todo Tú debes tener un transeúnte que te mira infantilmente En diagonal a plano y por revés Un extraño dentro de tu extrañeza Limpia acostada y lampiña como una maja Caminando sola y abierta frente al lente de un paparazzi Detenida y perra Fracturada íntegramente como esta lengua entre tribus vaporosos Desplazada en el vídeo clip De Chacalón in the city Music & soul of The Comas donde estas pedaleando contra el suelo En coreografía con peces rabiosos a la sombra de árboles mayores que yo Mientras muero in flammas puerilmente como un perro de Lautréamont Muero a propósito a duras penas azulejado por tus pezones que se disgregan Como rocallas en las esquinas Estas imposible negra mía pita de mis trompos Oh fly ruca mía fly pacharacaza mía fly fly entre los cascajos rojo-indio de ese cerro ahora gris como tu pelo al viento al viento marrón-bizarro que levanta tu vestido como tu errante camino como derrubiando tu edad que reluce tiernamente entre las piedras Tú eres mi destejida náusea Mi sonrisa paraquense Vertiginando en mis concavidades
11/25/20132 minutes, 16 seconds
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Antonio Cisneros - Un viaje por el río Nanay

No es en esos meandros, donde viven los peces de agua dulce, que yo el gran capitán broadcaster destajero, con cien pesos al mes mien-tras navego y ciento treinta cuando estoy en tierra, he sentido terror por lo que resta de mi ordinaria vida. El terror a las garras del tigre, frías rodajas de cebolla cruda, lo sentí más bien en la terraza de ese bar tenido por alegre, amasijo de piernas y traseros bajo el ardiente el sol, a pocos metros de la Plaza de Armas, resbaloso igual que la cubierta de un crucero barrido por las olas, clavado en una roca sobre el río Nanay. Estamos en la época del año en que las tortugas desovan en la playa y luego se sumergen río abajo como si huyeran (o se avergonza- ran) de sus crías, es decir unos quelonios cegatones y fofos, buenos para estofarlos a partir del medio año de edad. Ají pipí de mono. Revuelo de las faldas de algodón abiertas en el muslo hasta esas ancas saladas y perfectas. Un coleóptero transita entre la luz. Se hace papilla. Y, sin embargo, quieto es el vuelo del martín pescador sobre las aguas quietas. Nada hace sospechar los turbulentos cardúmenes de peces, girando en lo profundo como moscas en torno al orificio enloquecido de una dora- da real. También hay un silencio cerril azul de Prusia. Detrás de las per-sianas de madera, unas veinte cabezas de ganado cebú se sobajean con tal solicitud que todo hace pensar en un perverso pacto, más oscuro que una deuda de juego o una historia de amor. Por lo demás, tan sólo hay que mirar cómo descienden las aguas del Nanay al pie de mi ventana para saber que tenemos casi 40 grados a la sombra y 90 % de humedad. Ahora sé que en los grandes calores debo alejarme de las mantas de lana y de los cuerpos que dan horrible sed y calientan el aire. De pronto, sin qué ni para qué, termina el pastizal bajo la nie- bla. Allá donde el paisaje es un grabado con fresnos, eucaliptos y matas de geranio. Hay además una mujer salpicada por las altas mareas que revientan contra los farallones. Está casi desnuda y observa una manada de delfines a prudente distancia. En realidad hay muchas cosas más. Pero ninguna es tuya, diabético tedioso. Calla y aprende. Sólo posees algunas unidades de insulina y una piara de cerdos amarillos.
11/5/20133 minutes, 20 seconds
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Blanca Varela - Me sobrevivirán

Me sobrevivirán me sobrevivirán aguja vaso piedra hormigas afanosas me sobrevivirán donde yo deje de estar pasará la sombra del sol y muchas palabras de boca a boca tejerán sin mi aliento sinsentidos veo el árbol lleno de granos rojos que ocupará tu lugar mi hora suspendida en el eterno crepúsculo que exhalo todo esto y algo más que no veremos sobre el mar que nos veía ola suspendida estrella mortecina vino empozado en tu mano gesto que el aire enfría y diluye témpano luminoso del corazón que ausente palpita y nadie nadie sabe por qué se ahueca el aire con su latido
10/21/201357 seconds